OPINIÓN DEL LECTOR

Pruebas en la OFM

El sábado, 10 de septiembre, se celebraron pruebas de promoción en la Orquesta Filarmónica de Málaga. Por indicación de uno de los músicos participantes, que me había pedido que estuviera presente en el momento de su audición, he intentado acceder -junto a músicos miembros de la orquesta y otras personas interesadas en las audiciones- a la sala donde se celebró el acto.

Pero cuál fue mi sorpresa cuando el gerente de la OFM nos invitó a los no músicos a abandonar la sala por decisión del tribunal evaluador, alegando que estas pruebas son una cuestión interna, interpretación con la que me...

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El sábado, 10 de septiembre, se celebraron pruebas de promoción en la Orquesta Filarmónica de Málaga. Por indicación de uno de los músicos participantes, que me había pedido que estuviera presente en el momento de su audición, he intentado acceder -junto a músicos miembros de la orquesta y otras personas interesadas en las audiciones- a la sala donde se celebró el acto.

Pero cuál fue mi sorpresa cuando el gerente de la OFM nos invitó a los no músicos a abandonar la sala por decisión del tribunal evaluador, alegando que estas pruebas son una cuestión interna, interpretación con la que me hallo en total desacuerdo, ya que al tratarse de una orquesta que se sostiene con fondos públicos, el acceso a los puestos de plantilla, así como las pruebas para promocionar o revalidar determinados atriles, no pueden ser contemplados como secretos de régimen interno.

Si no hay nada que ocultar, si -estoy convencido de ello- ha imperado el criterio de mérito, capacidad y competencia entre los candidatos, ¿a qué obedece este carácter restrictivo de lo que debería ser un acto público? ¿Es que luz y taquígrafos no ayudan a curarse en salud? ¿Por qué, si ya se es, no, además, parecerlo? Sinceramente, no lo entiendo.

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