Los alcaldes de las poblaciones cercanas al aeropuerto de Sabadell piden su cierre

Los ediles señalan que la instalación no aporta ningún beneficio a sus localidades

Los alcaldes de Badia, Barberà y Sant Quirze del Vallès, poblaciones colindantes del aeropuerto de Sabadell, pidieron ayer el cierre de las instalaciones tras la muerte de dos tripulantes de una avioneta que se desplomó el miércoles en una plaza de Badia. Los alcaldes piden el cierre o el "traslado" del aeropuerto "por su alta peligrosidad". El secretario de Movilidad de la Generalitat, Manel Nadal, abogó por aumentar la seguridad del aeródromo, pero afirmó que es "imprescindible" para el área metropolitana y recordó que los servicios de emergencia tienen allí su base.

La petición de ci...

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Los alcaldes de Badia, Barberà y Sant Quirze del Vallès, poblaciones colindantes del aeropuerto de Sabadell, pidieron ayer el cierre de las instalaciones tras la muerte de dos tripulantes de una avioneta que se desplomó el miércoles en una plaza de Badia. Los alcaldes piden el cierre o el "traslado" del aeropuerto "por su alta peligrosidad". El secretario de Movilidad de la Generalitat, Manel Nadal, abogó por aumentar la seguridad del aeródromo, pero afirmó que es "imprescindible" para el área metropolitana y recordó que los servicios de emergencia tienen allí su base.

La petición de cierre cuenta también con el apoyo del alcalde de Cerdanyola, el ecosocialista Antoni Morral.

El último objetivo es el cierre o el traslado, pero los alcaldes exigieron ayer que mientras tengan que continuar conviviendo con el aeropuerto, y de modo "transitorio", se prolongue 150 metros la pista de aterrizaje "para que el despegue se produzca mucho antes de sobrevolar zonas habitadas". Asimismo, piden silenciadores para las aeronaves y que se revise el sistema de aproximación al aeropuerto, que se prohíban todos los vuelos de las escuelas del aeropuerto de Sabadell y las exhibiciones aéreas, y que tan sólo se permitan los vuelos destinados a apagar incendios o cubrir emergencias.

A los tres alcaldes, los socialistas José Luis Jimeno, de Badia, y José Antonio Robles, de Barberà, y el convergente Sebastià Ruiz, de Sant Quirze, se les ha agotado la paciencia. Ruiz aseguró ayer: "No puede ser que tengamos que depender de la habilidad y pericia de los pilotos, un día no podrá evitarse y acabarán estrellándose en un bloque de pisos". Además, este aeropuerto, señalan los tres alcaldes, no aporta beneficio alguno a ninguna de las tres poblaciones. "A Badia no le ha dado ningún puesto de trabajo, el peso económico es de cero, absolutamente cero", recalca Jimeno. El alcalde de Barberà añade: "En todo caso, aporta prestigio a otra ciudad [refiriéndose a Sabadell], pero no a la nuestra".

En julio fracasó una reunión de los alcaldes con AENA. Ruiz expone: "Fuimos mal atendidos, la reunión no duró ni 10 minutos y nos aseguraron que para prolongar las pistas de aterrizaje se tenían que expropiar unos terrenos y eso iba para largo". Pese a ello, volverán a intentar la vía de la negociación

Asimismo, en noviembre de 2004 celebraron una reunión con el director de Planificación de Infraestructuras de AENA en Madrid, Juan Manuel Ayuso. De ella sacaron el compromiso de que las aeronaves se desviarían para evitar realizar el ascenso dentro de los cascos urbanos y de que se prolongaría la pista de aterrizaje, pero nunca se ha cumplido. Además el número de vuelos se incrementó (según los alcaldes es de 200 diarios).

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Los alcaldes han anunciado que si al final la negociación no llega a buen puerto, se convocarán movilizaciones.

Cuatro siniestros mortales

En junio de 1997, Lluís Escaler murió al caer su avioneta cerca de la estación de Renfe de Barberà. En diciembre de 1998, Carlos Alonso, un joven estudiante de piloto, falleció en un vuelo de prácticas, al precipitarse en la autopista A-7. En septiembre de 1999, un piloto británico, Mark Hanna, murió cuando iba a participar en una exhibición aérea en el mismo aeropuerto. En septiembre de 2001, un piloto murió al caer su avión. La pancarta publicitaria que arrastraba se enganchó con unos cables delante del centro comercial Alcampo de Sant Quirze. El 22 de junio de 2002, otra avioneta, con tres ocupantes, realizó un aterrizaje forzoso en plena autopista C-58. El aparato no había recorrido ni 1.000 metros, cuando golpeó el techo de un Fiat I que iba en dirección a Barcelona. Después el piloto buscó un lugar donde aterrizar al otro lado de la autopista, en la vía que va en dirección a Terrassa. Pasó por debajo de los carteles de la autopista, de unos cinco metros de altura, y chocó contra uno de los postes, momento en que perdió una de las alas. Acabó aterrizando a escasos metros. En esa ocasión no hubo víctimas.

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