La muestra 'El espacio interior' recorre la intensa vida de Altolaguirre
La exposición contiene fotografías y versos del prolífico artista malagueño
Desde su niñez malagueña hasta las películas en su exilio mexicano. La exposición El espacio interior recorre la trayectoria del versátil e incombustible Manuel Altolaguirre, inaugurada ayer en el Archivo Provincial de Málaga. Su afilada mirada fue "injustamente valorada, al estar rodeado de figuras tan abrumadoramente grandes como Lorca o Aleixandre", según Pablo García Baena, director del Centro Andaluz de las Letras.
La muestra de Manuel Altolaguirre (1905, Málaga) está compuesta por una treintena de paneles, tiene un marcado carácter didáctico, y estará expuesta hasta el próx...
Desde su niñez malagueña hasta las películas en su exilio mexicano. La exposición El espacio interior recorre la trayectoria del versátil e incombustible Manuel Altolaguirre, inaugurada ayer en el Archivo Provincial de Málaga. Su afilada mirada fue "injustamente valorada, al estar rodeado de figuras tan abrumadoramente grandes como Lorca o Aleixandre", según Pablo García Baena, director del Centro Andaluz de las Letras.
La muestra de Manuel Altolaguirre (1905, Málaga) está compuesta por una treintena de paneles, tiene un marcado carácter didáctico, y estará expuesta hasta el próximo 15 de octubre. Poeta, guionista, productor, dramaturgo y especialmente editor, la suya fue una biografía intensa, prolífica, y claro está, envidiable.
El recorrido comienza en sus años escolares y comienzos literarios, y gira hacia sus visitas a Granada donde conectó con Lorca y Falla. Después colaboró con José María Souvirón en la revista literaria Ambos: "Una concepción del Amor y del Alma Andaluza, de esas rejas florecidas que tienen todo el ambiente de un palacio y toda la melancolía de la cárcel", escribió Altolaguirre sobre la revista. La muestra intercala distintas etapas de su vida con fotos y versos sueltos, y pretende descubrir su figura a los escolares en el centenario de su nacimiento.
El traslado a Madrid y su regreso a Málaga para fundar con Emilio Prados la imprenta Sur y publicar la revista Litoral. Su matrimonio con la poetisa Concha Méndez, traslado a Londres, la Guerra Civil, exilio en La Habana y México. Los constantes vaivenes producen tanto vértigo como su prolífica carrera de figura de las artes. "Que mi alma no precisa sepultura / ni el tiempo quiere ya limitaciones / Horas y muros para mí acabaron", escribió en México justo antes de su muerte, en 1955.