ELECCIONES EN ALEMANIA

Adiós a las subvenciones

Una lista venenosa de posibles recortes en el presupuesto de los diferentes ministerios circula estos días por las redacciones de los periódicos alemanes. Viene del Ministerio de Finanzas, pero los técnicos de la casa niegan haberla elaborado y el ministro socialdemócrata, Hans Eichel, haberla encargado. Eichel achaca la broma pesada a funcionarios partidarios de que la Unión Cristiano Demócrata (CDU) gane las elecciones.

La Democracia Cristiana ha aprovechado la ocasión para acusar al ministro de tener planes estrictos de ahorro presupuestario, lo que no sería una mala noticia en vista...

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Una lista venenosa de posibles recortes en el presupuesto de los diferentes ministerios circula estos días por las redacciones de los periódicos alemanes. Viene del Ministerio de Finanzas, pero los técnicos de la casa niegan haberla elaborado y el ministro socialdemócrata, Hans Eichel, haberla encargado. Eichel achaca la broma pesada a funcionarios partidarios de que la Unión Cristiano Demócrata (CDU) gane las elecciones.

La Democracia Cristiana ha aprovechado la ocasión para acusar al ministro de tener planes estrictos de ahorro presupuestario, lo que no sería una mala noticia en vista del Estado de las finanzas públicas, y ocultárselo al elector. Ya tras las elecciones de 2002 se demostró que Eichel se había callado en la campaña que Alemania superaría por primera vez el 3% de déficit.

La economista suiza Beatrice Weder di Mauro, única mujer entre los cinco sabios que auscultan la economía alemana cada otoño, coincide con The Economist en un punto: sólo si continúan las reformas puede Alemania reducir el desempleo. Los partidarios de más reformas apoyan la candidatura de Angela Merkel.

Pero esta política sólo es financiable si se eliminan subvenciones estatales. Alemania gasta 58.700 millones anuales en subvenciones. Más de 2.100 millones de euros van a la extracción de hulla, 545 millones a la agricultura, 630 a ayudas a la inversión para empresas (630 millones).

Todos los partidos están de acuerdo en que hay que reducir las subvenciones, pero no hay consenso sobre cuáles. El Gobierno socialdemócrata trató de eliminar las exenciones fiscales a la vivienda propia, que le cuestan al Estado más de 11.400 millones al año, pero los democristianos lo impidieron. Ahora aparece en el programa electoral de la CDU.

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