La Policía Municipal desaloja a inmigrantes de la muralla árabe

Los subsaharianos afirmaron que volverían al lugar por la noche

Dos policías municipales custodiaban ayer el parque Emir Mohamed I, en el distrito Centro, mientras unos 15 inmigrantes esperaban su marcha para volver a ocupar el "refugio" de donde habían sido desalojados por la mañana. Las autoridades municipales pretenden garantizar el ornato y la seguridad junto a la muralla árabe, pero los inmigrantes, subsaharianos, se aferran al uso de este espacio público y a su trabajo de aparcacoches.

Papi, un camerunés de 30 años, hablaba sentado sobre dos mochilas, el equipaje que sacó del rincón donde ha vivido los últimos dos años, según su relato.
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Dos policías municipales custodiaban ayer el parque Emir Mohamed I, en el distrito Centro, mientras unos 15 inmigrantes esperaban su marcha para volver a ocupar el "refugio" de donde habían sido desalojados por la mañana. Las autoridades municipales pretenden garantizar el ornato y la seguridad junto a la muralla árabe, pero los inmigrantes, subsaharianos, se aferran al uso de este espacio público y a su trabajo de aparcacoches.

Papi, un camerunés de 30 años, hablaba sentado sobre dos mochilas, el equipaje que sacó del rincón donde ha vivido los últimos dos años, según su relato.

"Nos echaron con violencia. Llegaron a gritarnos 'fuera, fuera', sin respeto. Pero no puedo ir a otro lado así sin papeles, aquí busco algo para comer. Si no, tendré que robar para alimentarme", contó, respaldado por sus compañeros, quienes esperaban tranquilamente a que dos policías se marcharan para volver a instalarse en el parque Emir Mohamed I.

Mientras los inmigrantes se repartían cigarros y algo de comida, en la acera anexa al parque, dos agentes vigilaban desde una sombra y tres barrenderos cargaban con algunas mochilas abandonadas.

"Hoy salieron sin problemas, pero mañana mismo están aquí", dijo uno de los policías, que desconocía si otros colegas suyos continuaría la vigilancia una vez acabara su jornada.

En este parque se refugia un grupo que supera los 25 hombres, la mayoría indocumentados. Ahí duermen, beben agua de una fuente y descansan de su trabajo de aparcacoches en las calles cercanas, donde los conductores les dan dinero a cambio de la vigilancia de sus vehículos.

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"No son mala gente. El problema es la suciedad y la sensación de muchos vecinos de que esto es inseguro", opinó un barrendero, enterado de que las autoridades municipales pretendían limpiar la zona desde ayer. Incluso taparon con hormigón un agujero que servía de refugio.

Un portavoz del Ayuntamiento precisó que nueve de los inmigrantes desalojados del parque Mohamed I fueron alojados ayer indefinidamente en el Centro de Acogida de la Casa de Campo. Sin embargo, admitió que la zona cercana a La Almudena es característica por la mendicidad y muchos inmigrantes rechazan la ayuda de Samur Social, para seguir recaudando las monedas que les deja el ser aparcacoches.

El grupo municipal de Izquierda Unida criticó el desalojo policial de los inmigrantes. "Se les deja con sus maletas y bultos en la calle, se les priva del espacio que ocupaban, pero no se les dice adónde pueden ir; es decir, que se busquen la vida", denunció la portavoz, Inés Sabanés.

En el Ayuntamiento anunciaron que por la noche enviarían una unidad móvil a la zona para dar asistencia temporal a los inmigrantes subsaharianos que viven cerca de la muralla.

La edil de Empleo y Servicios al Ciudadano, Ana Botella, anunció hace más de un año un plan de atención para los subsaharianos, que incluía una red de alojamientos, apoyo legal y asesoría laboral.

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