Una Edad Media cercana

En La loca de la casa, Rosa Montero indicaba las circunstancias que dieron origen a varias de sus novelas. Información nada despreciable para calibrar ese proceso de transposición que va de la realidad a la ficción. En el texto final de Historia del rey transparente Rosa Montero, la autora nos dice: "Historia del rey transparente nació de mi pasión por el mundo medieval. No es que decidiera hacer una novela histórica sobre el siglo XII y luego me documentara sobre ello, sino que la novela surgió espontáneamente de una inmersión previa en el tema, de mi afición como lectora...

En La loca de la casa, Rosa Montero indicaba las circunstancias que dieron origen a varias de sus novelas. Información nada despreciable para calibrar ese proceso de transposición que va de la realidad a la ficción. En el texto final de Historia del rey transparente Rosa Montero, la autora nos dice: "Historia del rey transparente nació de mi pasión por el mundo medieval. No es que decidiera hacer una novela histórica sobre el siglo XII y luego me documentara sobre ello, sino que la novela surgió espontáneamente de una inmersión previa en el tema, de mi afición como lectora por esa época de nuestro pasado". Después de leer esta novela, todo nos dice (las razones aducidas por la autora son obviamente inobjetables) que tras sus páginas planea una sensación muy extendida (incluso defendida por algunos sociólogos) de que estamos rodeados de inquietantes índices de indefensión, de impunidad, de arbitrariedades de todo calibre, todo ello mezclado de costosos refinamientos, en una palabra, como si estuviéramos en uno de esos siglos medievales a caballo entre atroces intolerancias, entre la oscuridad de la ignorancia y esos fogonazos de esperanza espiritual e ideológica que preceden a todo cambio radical de paradigma cultural. Adelanto estas reflexiones para neutralizar la fácil tentación de conformarnos con la idea de que la novela de Rosa Montero es histórica y nada más. ¿Diríamos que La tierra fértil, de Paloma Díaz-Más, y La cuadratura del círculo, de Álvaro Pombo, por estar en ambas su materia argumental anclada en la Edad Media, son novelas históricas, así a secas y nada más? A las tres creo que las une un mismo afán de hacer una severa reflexión sobre algunos nudos morales, tan casi imposibles de desanudar en el pasado como en el presente. Para decirlo de otra manera, creo que Rosa Montero no ha escrito una novela histórica sino la representación de un periodo histórico lejano del nuestro, pero no lo suficientemente distinto en compulsión destructiva, en aniquilación del que piensa distinto.

Dice también la autora madrileña que su novela "caería más bien dentro de las aventuras y lo fantástico". De lo fantástico el lector no tendrá que esperar muchas páginas: la protagonista, dentro de un castillo, sólo hallará la salida si realmente alberga en su interior la necesidad de salir; si no está segura de querer marcharse, de sentirse como encarcelada, entonces esa puerta al exterior no se le presentará nunca. En cuanto a las aventuras no hay más que seguir el ritmo de la narración, su caudal de acontecimientos, el perfil homérico en la descripción de las guerras, esa sensación inminente del peligro o de que los instantes de plenitud vital y esperanzas durarán poco. (¿Y por cierto, en las grandes novelas de aventuras no hay registrada la propia aventura de la novela?). El libro está narrado en primera persona. El sujeto narrativo es Leola, una muchachita campesina que de repente se encuentra inmersa en el corazón de la noche más negra de su vida. El azar la convierte en guerrero y el azar también la une a la otra heroína de la historia, Nyneve, una especie de hada o bruja (dos prototipos femeninos, por cierto, de los que Almudena Grandes ha teorizado algo en Malena es un nombre de tango) que seguirá sus pasos hasta su muerte. Leola y su amiga deben defenderse como hombres, incluso la primera es armada caballero. Conocen las delicias del mundo trovadoresco, van internándose, a la par que sufren secuestros y golpizas, en el mundo de la cultura occitana. Una vez en ésta, se introducen en el meollo de una de las persecuciones y campañas de exterminio religioso más horripilantes de la Edad Media llevada a cabo por las huestes papistas y la Santa Inquisición: la aniquilación de los cátaros.

es un relato circular. Una figura geométrica muy respetada en el tiempo en que transcurre la novela. Empieza donde termina. Se nombran figuras reales y ficticias. Se habla de Abelardo y Eloísa, como metáforas tal vez de la polémica sana, del diálogo entre ideas antagónicas, a la par que encarnación de un ideal de mujer independiente. Pero hay un personaje literario en el relato que funciona como elemento clave de toda la novela, Maria de Francia, la célebre autora normanda de "lais", esos pequeños relatos donde lo aventurero se mezcla con lo fantástico, lo amoroso, la tradición bíblica y la caballeresca, además de autora también de relatos sobre mujeres perseguidas. El título de la novela hace referencia a una historia que sale varias veces en la narración. Cuando se está a punto de escucharla de labios de alguien, éste sucumbe o es neutralizado por un inoportuno o maligno azar. Un mecanismo inteligente para disfrutar de esa sensación de fatalidad, de destino inconcluso que se cierne constantemente sobre la historia que nos narra Leola. La elección de una voz narradora femenina nos la sugiere la autora en La loca de la casa: "Y hay unas pequeñas zonas de la realidad que sólo nosotras podemos nombrar".

Historia del rey transparente recuerda por su apelación a lo fantástico a Temblor, probablemente una de las mejores novelas que haya escrito Rosa Montero y, si exceptuamos las últimas de Ana María Matute, una de las pocas que transitan por este camino en la narrativa española. La nueva novela de Rosa Montero es una hermosa novela de ideas disfrazada de relato histórico. Lo son también las de Marguerite Youcenar, trátese ya de emperadores romanos o del renacimiento. La lengua literaria utilizada no transige con una forzada contemporaneidad, ni mucho menos con ningún mimetismo de época. Discurre con esa agradecida naturalidad del que piensa en voz alta. Un personaje de La hija del caníbal hace una afirmación, que tal vez pudo haber suscrito la añorada Carmen Martín Gaite: "Porque somos sólo palabras te he contado mi historia". Pues bien, Leola mientras sufre y es feliz va escribiendo una enciclopedia de palabras. Poco antes de morir, su inseparable compañera le sugiere una: Compasión. Hay otras palabras, libertad, felicidad, pero sobre todo Historia del rey transparente es una hermosa, grave e iridiscente novela sobre la compasión humana.