10.000 personas se cobijaron en un estadio durante el ciclón
Unas 10.000 personas se cobijaban ayer en el estadio Superdome, hogar del equipo de fútbol americano New Orleans Saints, que tiene capacidad para 77.000 personas. Pero el paso del huracán Katrina provocó daños en el tejado del edificio y muchos momentos de tensión entre los refugiados.
Según informó la CNN, su tejado empezó a tener filtraciones de agua desde primera hora de la mañana debido a las fuertes lluvias y varios trozos de la cubierta del estadio fueron arrancados por los vientos huracanados.
"El estadio no está en una situación peligrosa", aseguró la gobernadora Kathleen...
Unas 10.000 personas se cobijaban ayer en el estadio Superdome, hogar del equipo de fútbol americano New Orleans Saints, que tiene capacidad para 77.000 personas. Pero el paso del huracán Katrina provocó daños en el tejado del edificio y muchos momentos de tensión entre los refugiados.
Según informó la CNN, su tejado empezó a tener filtraciones de agua desde primera hora de la mañana debido a las fuertes lluvias y varios trozos de la cubierta del estadio fueron arrancados por los vientos huracanados.
"El estadio no está en una situación peligrosa", aseguró la gobernadora Kathleen Blanco. Sin embargo, en declaraciones a la agencia Associated Press, el gerente del Superdome, Glenn Menard, se mostró menos optimista: "No sabemos lo serio que es el problema, porque no tenemos forma de llegar al tejado para comprobar los daños".
Sobre las cinco de la mañana, el Superdome se quedó sin luz, lo que provocó alguna escena de pánico entre la multitud que se refugiaba dentro. Los generadores de emergencia entraron enseguida en funcionamiento pero devolviendo sólo la luz y no el aire acondicionado.
"Todo el mundo logró dormir el domingo por la noche. No parece que nadie haya tenido problemas", aseguró a Associated Press Kevin Stephens, encargado de la atención médica dentro del Superdome. El estadio es, sin ningún lugar a dudas, el más sólido de los 10 grandes refugios de Nueva Orleans para los más de 100.000 residentes que se estima no han tenido medios o fuerzas para acatar la evacuación obligatoria de la ciudad.
"Si no llegan a abrir el estadio y a permitir que nos refugiemos en él, habría mucha gente flotando en el río mañana", relató a la prensa local Merill Rice, de 64 años. "Es tan malo como dicen. Sé que mi casa no estará en pie mañana", agregó.