OPINIÓN DEL LECTOR

Un escenario indigno para morir

Ayer, el compañero de cama de mi suegro murió en el hospital Ramón y Cajal de Madrid. Estuvo 24 horas ahogándose en sus propias flemas hasta que su hija pidió que le calmaran a media tarde de ayer.

También pidió una habitación individual (su padre compartía la suya con otros dos enfermos ) para que la muerte anunciada de su padre fuera un acto íntimo y digno. Pero no hay camas para morir en el hospital Ramón y Cajal, y murió rodeado no de próximos, sino de extraños. Qué espanto. Nuestras autoridades tendrán seguramente sus habitaciones individuales al morir, y si no hay una despejarán o...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Ayer, el compañero de cama de mi suegro murió en el hospital Ramón y Cajal de Madrid. Estuvo 24 horas ahogándose en sus propias flemas hasta que su hija pidió que le calmaran a media tarde de ayer.

También pidió una habitación individual (su padre compartía la suya con otros dos enfermos ) para que la muerte anunciada de su padre fuera un acto íntimo y digno. Pero no hay camas para morir en el hospital Ramón y Cajal, y murió rodeado no de próximos, sino de extraños. Qué espanto. Nuestras autoridades tendrán seguramente sus habitaciones individuales al morir, y si no hay una despejarán otra.

El señor Clemente no tuvo ese derecho que debería asistirle a todo ser humano en el momento más decisivo de una vida. Para ti este grito de rabia y tristeza. Descanse en paz.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Archivado En