Editorial:

Flexibilidad china

El Gobierno chino ha iniciado el camino largamente esperado de la flexibilización del tipo de cambio, hasta ayer fuertemente anclado al dólar (8,3 yuanes por cada dólar). Como cautelosa respuesta a las presiones estadounidenses y europeas que pedían insistentemente una apreciación de la divisa china, el yuan flexibiliza moderadamente su cotización frente al dólar (se aprecia el 2,1%, hasta 8,11 yuanes por dólar, con una banda de fluctuación del 0,3%) y pone su divisa en relación a una cesta de monedas, entre las que figurarán el dólar y el euro seguramente, aunque se desconoce su peso relativo...

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El Gobierno chino ha iniciado el camino largamente esperado de la flexibilización del tipo de cambio, hasta ayer fuertemente anclado al dólar (8,3 yuanes por cada dólar). Como cautelosa respuesta a las presiones estadounidenses y europeas que pedían insistentemente una apreciación de la divisa china, el yuan flexibiliza moderadamente su cotización frente al dólar (se aprecia el 2,1%, hasta 8,11 yuanes por dólar, con una banda de fluctuación del 0,3%) y pone su divisa en relación a una cesta de monedas, entre las que figurarán el dólar y el euro seguramente, aunque se desconoce su peso relativo.

La importancia de la decisión radica en sus consecuencias económicas, tanto para China -ayudará sin duda a desacelerar el crecimiento económico, que progresa a un ritmo del 9,5% anual- como para Europa y Estados Unidos. El primer efecto será el descenso de la presión de las exportaciones chinas sobre el área del dólar y el euro.

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No será el único. Otro importante es que las economías europeas no tendrán que pagar los costes del desequilibrio comercial estadounidense, dado que, hasta ayer, el dólar, que no podía depreciarse frente al yuan, lo hacía frente al euro. También abundan los beneficios monetarios. La prudente apreciación china -el secretario del Tesoro de EE UU ha prometido que vigilarán estrechamente su evolución- permitirá que otras monedas asiáticas, como el yen, operen con mayor libertad en los mercados.

Para los conocedores de la pausada concepción política y vital de China no sorprende el cambio tranquilo hacia un sistema de fluctuación respecto a una cesta de monedas. Las autoridades chinas son conscientes de sus debilidades internas; por ejemplo, del talón de Aquiles de su sistema financiero, con muy dudosa calidad de sus activos. La historia reciente también desaconseja flexibilizaciones bruscas y totales; no debe olvidarse el riesgo de desestabilización del país inducido por la inestabilidad del tipo de cambio.

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