Sevilla saluda el cambio de Ibarretxe pero descarta traspasar prisiones

El PNV pide a Zapatero que abandone su "posición jacobina"

Los Gobiernos central y vasco parecen dispuestos a explorar las posibilidades para avanzar en el desarrollo del Estatuto de Gernika. El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, saludó ayer que el Ejecutivo vasco haya decidido volver a la senda del Estatuto, al menos para reclamar un calendario para transferir las 37 competencias pendientes. Pero también dejó claras las dificultades técnicas y políticas del proceso, al precisar que "no es el momento adecuado" para el traspaso de las prisiones, reclamadas de forma prioritaria desde Vitoria, por su vinculación a la política antiterro...

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Los Gobiernos central y vasco parecen dispuestos a explorar las posibilidades para avanzar en el desarrollo del Estatuto de Gernika. El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, saludó ayer que el Ejecutivo vasco haya decidido volver a la senda del Estatuto, al menos para reclamar un calendario para transferir las 37 competencias pendientes. Pero también dejó claras las dificultades técnicas y políticas del proceso, al precisar que "no es el momento adecuado" para el traspaso de las prisiones, reclamadas de forma prioritaria desde Vitoria, por su vinculación a la política antiterrorista.

Los Ejecutivos central y vasco han recuperado la interlocución en materia de desarrollo estatutario después de que la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, llamara por teléfono "hace un par de días" a Jordi Sevilla para completar el Estatuto de Gernika, según precisó ayer el ministro. El Gabinete de Ibarretxe dotó el martes de contenido a esa conversación telefónica al aprobar una declaración en la que la exigencia de un calendario global de transferencias estaba modulada por una apelación a la lealtad institucional, al "máximo rigor técnico jurídico" y la "transparencia" necesaria al proceso de negociación. Un tono alejado del ultimátum de dos meses que dio el tripartito al Gobierno central, en el acuerdo parlamentario de julio de 2002, para que culminara las competencias pendientes. En su intervención en esa sesión parlamentaria, Ibarretxe amenazó incluso con asumir una batería de competencias o servicios de manera unilateral por la vía de los hechos y sin negociación alguna.

Instrumento útil

El Gobierno central aprecia ahora un cambio significativo e interpreta esta voluntad de completar el Estatuto de Gernika como un giro en el que el tripartito vuelve a poner en valor el marco jurídico actual, al considerarlo un instrumento útil para la normalización política. En esa misma clave interpretó ayer el coordinador de la Ejecutiva del PSE-EE, Rodolfo Ares, el movimiento de Ibarretxe. Ares deseó que este "giro posibilista" sea "sincero" y no pretenda la escenificación de diferencias o seguir un "doble juego" de apostar por el Estatuto y, a la vez, querer "acabar con él". Esa era precisamente una de las sospechas del dirigente del PP, Leopoldo Barreda, quien interpretó que el hecho de que el Gobierno vasco haya puesto como prioritarias las transferencias "con mayores dificultades" se explica porque no apuesta por completar el Estatuto, sino por el "plan independentista de Ibarretxe.

Sevilla mostró ayer su disposición total a mantener una reunión "cuanto antes" con Zenarruzabeitia. Pero el ministro también le transmitió a la vicelehendakari, en la citada conversación telefónica, que había algunas transferencias que, "o bien no compartimos, o no consideramos que sea el momento adecuado o las circunstancias adecuadas para hacerlo". Este sería el caso de las prisiones, reclamadas en los últimos años con insistencia por el Gobierno vasco, después de haberlas dejado hasta finales de los noventa en segundo plano. Sin embargo, desde el presidente Zapatero en el último debate general de la nación, hasta varios ministros o la propia directora de Instituciones Penitenciarias han reiterado que esta competencia no puede ser transferida en estos momentos porque forman parte de la política antiterrorista en relación con la dispersión de los presos etarras.

En la misma conversación telefónica, el ministro Sevilla sí admitió a la vicelehendakari que algunas transferencias "están razonablemente maduras" y en otras "hay que establecer unos plazos para que estén maduras". De hecho, la Administración central no descarta reunir en poco tiempo la Comisión Mixta de Transferencias para formalizar el traspaso de aquellas que estén más avanzadas.

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El lehendakari despojó ayer de cualquier tono de órdago la decisión de su Gobierno de solicitar un calendario para completar el Estatuto. Por el contrario, recordó intencionadamente que "fue el propio PSE el que dijo que, si ellos ocupaban la Lehendakaritza, en un año iban a completar el Estatuto", en alusión al discurso de investidura del candidato socialista, Patxi López.

El PNV espera una respuesta positiva a la petición del tripartito y, si ésta no le satisface, está preparado para utilizarla contra el discurso de Más Estatuto que el PSE viene defendiendo. En esa onda, el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, instó ayer a Zapatero a abandonar su posición "jacobina y centralista", un "auténtico lastre par el autogobierno vasco", y le pidió el traspaso urgente de las materias pendientes. Imaz anunció que el tripartito hablará con firmeza, pero desde una "posición abierta al diálogo".

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