Regalo

Genial el regalo que nos encontramos el viernes en la plaza Mayor de Madrid los que paseábamos por tan castizo lugar: el maestro Daniel Barenboim dirigía a la orquesta y coro de la Staatskapelle Berlín interpretando la Novena sinfonía de Beethoven y su Himno a la alegría como sentido homenaje a las víctimas del terrorismo de Londres.

Increíble escuchar a casi ochenta artistas entre coro e instrumentos, acercando este espectáculo a todo tipo de gente que estábamos allí, sin importar ni la procedencia, ni las edades, ni la ideología, ni la religión de cada uno de nosotros. T...

Genial el regalo que nos encontramos el viernes en la plaza Mayor de Madrid los que paseábamos por tan castizo lugar: el maestro Daniel Barenboim dirigía a la orquesta y coro de la Staatskapelle Berlín interpretando la Novena sinfonía de Beethoven y su Himno a la alegría como sentido homenaje a las víctimas del terrorismo de Londres.

Increíble escuchar a casi ochenta artistas entre coro e instrumentos, acercando este espectáculo a todo tipo de gente que estábamos allí, sin importar ni la procedencia, ni las edades, ni la ideología, ni la religión de cada uno de nosotros. Todos diferentes, pero iguales como ciudadanos, disfrutando en silencio de la música. Y lo más hermoso fue saber que Barenboim había presentado esa mañana la gira de su orquesta de músicos palestinos e israelíes en un ejemplo perfecto de la convivencia y la paz que debería existir en el mundo.