San Blas exige que se mantengan las inversiones prometidas para los Juegos

Los vecinos temen que las instalaciones deportivas previstas caigan en el olvido

Hace menos de quince años, los toxicómanos ocupaban la mayor parte de los solares sin construir del distrito de San Blas, zona obrera del este de la capital y donde los inmigrantes venidos de otras partes de España eran mayoría desde hacía cuatro décadas. Pero a mediados de la década de los ochenta, y sobre todo de los noventa, el distrito comenzó a cambiar radicalmente. Se empezaron a levantar nuevas viviendas, se derribaron dos importantes poblados chabolistas, se construyó la M-40 y, sobre todo, comenzaron a surgir las infraestructuras sociales y deportivas. La Peineta, el que iba a ser est...

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Hace menos de quince años, los toxicómanos ocupaban la mayor parte de los solares sin construir del distrito de San Blas, zona obrera del este de la capital y donde los inmigrantes venidos de otras partes de España eran mayoría desde hacía cuatro décadas. Pero a mediados de la década de los ochenta, y sobre todo de los noventa, el distrito comenzó a cambiar radicalmente. Se empezaron a levantar nuevas viviendas, se derribaron dos importantes poblados chabolistas, se construyó la M-40 y, sobre todo, comenzaron a surgir las infraestructuras sociales y deportivas. La Peineta, el que iba a ser estadio de los Juegos Olímpicos de Madrid 2012, se convirtió así en símbolo de la reforma.

Con la candidatura de Madrid a los Juegos, llegaron más planes de futuro: parques, polideportivos, piscinas olímpicas, nuevas estaciones de metro... El distrito de San Blas, y junto a él los próximos de Barajas y Hortaleza, se ilusionó.

Pero el 6 de julio pasado, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, anunció que Londres sería la ciudad organizadora de los Juegos de 2012. Justo en ese momento, las esperanzas de renovación de San Blas se tambalearon. Ya no habría villa olímpica, inminente ampliación de La Peineta, línea de metro, multimillonarias inversiones...

Pero los vecinos no se dan por vencidos y reclaman que se concluyan las inversiones prometidas. Por ejemplo, exigen que las piscinas olímpicas sigan siendo "municipales y asequibles para todos". "Habrá infraestructuras e instalaciones que jamás se habrían imaginado", replica el concejal del distrito, Enrique Núñez.

La situación en Hortaleza es parecida. Al no celebrarse los Juegos, el distrito perderá unos 562 millones y la creación de 8.000 empleos, "aunque, como buena parte de las infraestructuras ya están creadas, no afectará tanto", señalan los expertos.

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