Una gran instalación científica casi vacía

El CISA, definida como gran instalación científica nacional, cuenta con 11.000 metros cuadrados de laboratorios de alta seguridad biológica (de nivel P3, según la nomenclatura internacional) y un laboratorio de referencia para 11 enfermedades animales, incluida la lengua azul, la peste porcina clásica y la peste porcina africana. Sin embargo allí sólo hay actualmente una decena de investigadores de plantilla y otros tantos con contrato Ramón y Cajal. También utilizan las instalaciones algunos investigadores de otros institutos, pero hay mucho espacio vacío, dicen los científicos. En comparació...

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El CISA, definida como gran instalación científica nacional, cuenta con 11.000 metros cuadrados de laboratorios de alta seguridad biológica (de nivel P3, según la nomenclatura internacional) y un laboratorio de referencia para 11 enfermedades animales, incluida la lengua azul, la peste porcina clásica y la peste porcina africana. Sin embargo allí sólo hay actualmente una decena de investigadores de plantilla y otros tantos con contrato Ramón y Cajal. También utilizan las instalaciones algunos investigadores de otros institutos, pero hay mucho espacio vacío, dicen los científicos. En comparación, el Centro Nacional de Biotecnología, que cuenta con 3.200 metros cuadrados de laboratorios, tiene en plantilla 46 investigadores y 91 doctores contratados.

Cuando el instituto de investigaciones agrarias INIA, del que depende el CISA, pasó en 2000 al Ministerio de Ciencia y Tecnología (ahora, Educación y Ciencia), muchas personas se fueron del CISA, dice Mario Gómez, director de este último. Las plazas apenas han aumentado, y el centro está infrautilizado. Habría que incorporar nuevas plazas, reconoce Gómez, pero en 2005 no se ha adjudicado ningún puesto de investigador al CISA (frente a 11 para el INIA); entre 2000 y 2004 sólo se convocaron ocho plazas.

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