"Pida ayuda a algún familiar o amigo para llegar al centro médico"

La paralización del servicio de ambulancias por la huelga dejó ayer a muchas familias en una situación delicada ante la imposibilidad de trasladar a sus familiares enfermos a los hospitales.

Una afectada, que prefirió no revelar su nombre, remitió por escrito su queja a la Asociación El Defensor del Paciente (Adepa) ante la respuesta que le ofreció una responsable del servicio de transporte sanitario de la Consejería de Sanidad.

"Mi madre es una enferma de diálisis, que está ciega y le cuesta moverse porque es obesa. No dispongo de medio de transporte y esta mañana me veía imposi...

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La paralización del servicio de ambulancias por la huelga dejó ayer a muchas familias en una situación delicada ante la imposibilidad de trasladar a sus familiares enfermos a los hospitales.

Una afectada, que prefirió no revelar su nombre, remitió por escrito su queja a la Asociación El Defensor del Paciente (Adepa) ante la respuesta que le ofreció una responsable del servicio de transporte sanitario de la Consejería de Sanidad.

"Mi madre es una enferma de diálisis, que está ciega y le cuesta moverse porque es obesa. No dispongo de medio de transporte y esta mañana me veía imposibilitada y sin saber qué hacer. Llamé al 061 y me han desviado hacia la coordinadora del centro de servicios de ambulancias, que me dijo: 'Los servicios de transporte a personas en diálisis no se están llevando a cabo y no podemos enviarles ambulancia. Intente pedir ayuda a un familiar, amigo, vecino", relataba la afectada en su carta.

"Los taxis están saturados y he tenido que pedir ayuda a un conocido que, casualmente, hoy trabaja en turno de tarde y me ha podido ayudar. La vuelta no sé cómo va a ser, pero al menos hoy hemos logrado llegar. ¿Alguien me puede decir quién es el responsable de esto? ¿Qué podemos hacer las personas afectadas?", se preguntaba la mujer en el final de su carta.

Benedicta Sánchez, de 77 años, fue otra afectada por el incumplimiento de los servicios mínimos. "Mi marido Fulgencio ha podido bajar hoy al taxi muy despacito y con la muleta. Normalmente, le ayudan los chicos de la ambulancia, pero hoy no sé cómo lo haremos a la vuelta. Como la huelga dure muchos días, no sé qué haremos. Tampoco puedo pagar los taxis de ida y vuelta tres días a la semana", se quejaba a las doce del mediodía de ayer, mientras aguardaba que Fulgencio Fernández, de 77 años, terminara su sesión de diálisis en el hospital Doce de Octubre.

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