Reportaje:

Detalles minerales de la Luna

La nave 'Smart 1' empieza a estudiar la composición del satélite y ya ha detectado calcio

Pese a estar aún en el periodo de calibración, uno de los instrumentos científicos de la pequeña nave Smart 1, de la Agencia Europea del Espacio (ESA), que está dando vueltas alrededor de la Luna, ha empezado ya a recoger y a enviar información científica interesante. Se trata del espectrómetro de rayos X D-CIXS, diseñado para medir la composición mineralógica global del satélite terrestre aprovechando el brillo emitido (en las frecuencias de rayos X) cuando la luz solar brilla en su superficie. Así ha detectado la presencia de aluminio, silicio, hierro y, por primera vez en ese cuerpo ...

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Pese a estar aún en el periodo de calibración, uno de los instrumentos científicos de la pequeña nave Smart 1, de la Agencia Europea del Espacio (ESA), que está dando vueltas alrededor de la Luna, ha empezado ya a recoger y a enviar información científica interesante. Se trata del espectrómetro de rayos X D-CIXS, diseñado para medir la composición mineralógica global del satélite terrestre aprovechando el brillo emitido (en las frecuencias de rayos X) cuando la luz solar brilla en su superficie. Así ha detectado la presencia de aluminio, silicio, hierro y, por primera vez en ese cuerpo celeste, mediante teledetección, calcio.

El instrumento aprovecha el hecho de que cada elemento brilla en rayos X con una firma propia característica. El pasado mes de enero, entre las siete y las nueve de la mañana, se produjo una llamarada solar y la radiación emitida por la estrella inundó todo el Sistema Solar, informa ahora la ESA. "El Sol ha sido bondadoso con nosotros, produciendo una gran llamarada de rayos X justo cuando echábamos el primer vistazo a la superficie lunar [con el instrumento]", ha explicado Manuel Grande, del Laboratorio Rutherford Appleton (Reino Unido) y líder del equipo del D-CIXS.

La nave fotografía la superficie lunar para estudiar la topografía y la textura del suelo
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La detección del calcio se ha localizado en Mare Crisium, una hondonada oscura de la superficie lunar. "Es la primera vez que se detecta calcio con seguridad en la Luna mediante instrumentación remota", continúa Grande.

El calcio es un elemento importante en la formación de rocas lunares, y los análisis de las muestras que trajeron a la Tierra tanto los astronautas de la NASA como los vehículos automáticos soviéticos así lo demuestran. Pero aquellas muestras se tomaron en puntos muy localizados de la Luna y la capacidad de tomar ahora los datos desde una nave en órbita permite ampliar la cobertura de la localización a toda la superficie de ese cuerpo.

La Smart 1 es una pequeña nave experimental diseñada, esencialmente, para ensayar diversas tecnologías innovadoras. La más importante es el motor iónico que aprovecha la energía solar para producir iones de gas xenón que impulsan la nave. Con su empuje viajó a la Luna siguiendo una larguísima trayectoria en espiral desde su lanzamiento, en septiembre de 2003. Se colocó en órbita lunar en noviembre de 2004, con una aproximación máxima a la superficie de 450 kilómetros.

En la fase más científica de la misión, que debe cumplirse hasta agosto del año próximo, la Smart-1 va a realizar el inventario de los elementos químicos clave de la superficie lunar. También está fotografiando la superficie lunar con gran detalle, lo que permite estudiar la topografía y la textura del suelo allí.

Los investigadores, además, tienen la intención de aclarar si el satélite, como muchos proponen, se formó tras una violenta colisión de un enorme asteroide, del tamaño de Marte, contra la Tierra hace 4.500 millones de años. Parte de los materiales despedidos al espacio en el cataclismo se habrían solidificado formando la Luna, y en ese caso ésta contendría menos hierro que la Tierra, en comparación con elementos más ligeros como el magnesio y el aluminio. Éste es uno de los motivos del interés que despiertan los datos que ha empezado a tomar el D-CIXS.

La cámara de rayos X de la nave Smart 1 ha localizado calcio en la Luna, en la zona marcada (Mare Crisium y región más al Norte) sobre la foto de la superficie. La observación se hizo el 15 de enero a las horas indicadas.ESA / D-CIXS

Un volcán en Titán emite metano

Antes de que la misión Cassini-Huygens llegara al sistema de Saturno el año pasado los científicos conjeturaban que podía haber en la luna Titán océanos de metano. Por otro lado no lograban explicar por qué es tan alta la abundancia de ese gas -sólo superado por la concentración de nitrógeno- en la atmósfera de ese satélite de Saturno. Gracias a la nave Cassini (de la NASA) y a la sonda Huygens (de la Agencia Europea del Espacio, ESA) que descendió en enero sobre Titán, los expertos tienen ahora algunas nuevas respuestas y, como siempre, nuevos enigmas.

El último hallazgo, dado a conocer en la revista Nature (9 de junio), es la posible existencia de un volcán en Titán que estaría expulsando metano a la atmósfera. Hasta ahora sólo había vagas hipótesis sobre el origen de ese metano, que de alguna forma debía renovarse en la atmósfera de Titán.

El probable volcán -habrá que hacer más observaciones para estar seguros de que lo es- parece tener unos 30 kilómetros de diámetro. Las observaciones se hicieron con uno de los espectrómetros de la Cassini desde una distancia de 1.200 kilómetros. En realidad sería un criovolcán, un volcán helado, cuyas erupciones se deberían al calor generado por las fuerzas de marea que sufren los materiales en el interior de Titán a medida que esa luna recorre su órbita muy elíptica alrededor de Saturno. La presencia del volcán encaja además con los rasgos identificados por la sonda Huygens durante su descenso allí.

La hipótesis que se barajaba para explicar la abundancia de metano contaba con que lo emitirían unos hipotéticos océanos de hidrocarburos.

Los océanos, además, eran la mejor interpretación de las grandes manchas de diferente tonalidad que se distinguían ya en las observaciones previas a los estudios in situ de estas naves. Ahora los científicos han comprobado que no hay tales mares de metano y que las áreas claras y oscuras pueden tratarse de zonas de pendiente distinta que reflejan la luz de modo diferente unas de otras.

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