Juicio por el polémico hombre del semáforo

Dos hombres de mediana edad, uno del oeste y el otro del este de Alemania, se pelean por un hombrecito forzudo con sombrero, a veces verde, a veces rojo, nacido en 1961. El tribunal de Leipzig estudia estos días el caso. Pues la figurita deseada, señal de tráfico para los peatones y visible en los semáforos de la ex zona soviética, se ha convertido en marca. La venta a jóvenes, alemanes y turistas, de productos que llevan uno de los pocos diseños que sobrevivieron los 15 años que pasaron desde de la caída del muro, aumenta. En el caso del wessi (del Oeste), el diseñador ...

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Dos hombres de mediana edad, uno del oeste y el otro del este de Alemania, se pelean por un hombrecito forzudo con sombrero, a veces verde, a veces rojo, nacido en 1961. El tribunal de Leipzig estudia estos días el caso. Pues la figurita deseada, señal de tráfico para los peatones y visible en los semáforos de la ex zona soviética, se ha convertido en marca. La venta a jóvenes, alemanes y turistas, de productos que llevan uno de los pocos diseños que sobrevivieron los 15 años que pasaron desde de la caída del muro, aumenta. En el caso del wessi (del Oeste), el diseñador Markus Heckhausen, el negocio con zapatillas, bolsos, tasas, lámparas y toallas da para tener 30 empleados. A Heckhausen le pertenece un 95% de los derechos de la marca y quiere los cinco restantes, porque teme el "hundimiento" de su empresa. Argumenta haber comprado en 1996 los derechos de su creador, Karl Peglau. El ossi (del Este) Joachim Rossberg, director de una empresa de tecnología de tráfico y único fabricante de semáforos de la Alemania socialista, se niega a cederlos. Rossberg cree que ganará el juicio porque su contrincante "sólo tiene intereses comerciales" y argumenta que "si el hombrecito le hubiera llegado al corazón no procedería de esta manera".-

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