El comité de empresa de Galletas Gullón en Aguilar se encierra por el convenio

Los miembros del comité de empresa de Galletas Gullón, de Aguilar de Campoo (Palencia), se encerraron ayer en la factoría como medida de protesta por la falta de acuerdo en la negociación del convenio colectivo, lo que ha originado la convocatoria de una huelga a partir del próximo día 13.

El presidente del comité de empresa, José Luis Bustamante, aseguró en declaraciones a los periodistas que tras 11 reuniones celebradas "nos sentimos frustrados" y advirtió de que 300 trabajadores de la plantilla son eventuales, de los cuales más de 100 llevan en esa situación varios años. A pesar de e...

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Los miembros del comité de empresa de Galletas Gullón, de Aguilar de Campoo (Palencia), se encerraron ayer en la factoría como medida de protesta por la falta de acuerdo en la negociación del convenio colectivo, lo que ha originado la convocatoria de una huelga a partir del próximo día 13.

El presidente del comité de empresa, José Luis Bustamante, aseguró en declaraciones a los periodistas que tras 11 reuniones celebradas "nos sentimos frustrados" y advirtió de que 300 trabajadores de la plantilla son eventuales, de los cuales más de 100 llevan en esa situación varios años. A pesar de ello la empresa ofrece hacer fijos a 40, "y sin dar fechas", apuntó.

La crisis de Gullón rememora en la localidad palentina la que sufrió la planta de Fontaneda, cuyos 220 trabajadores fueron absorbidos por esta sociedad vecina cuando la multinacional United Biscuits decidió cerrar. Los representantes sindicales se han reafirmado en sus peticiones en el convenio colectivo del IPC real más dos puntos, la reducción de las jornadas laborales por cómputo anual y la merma de lo que consideran "alta precariedad laboral".

La dirección de Galletas Gullón, mediante comunicado de prensa, reitera que sigue manteniendo la inversión de 42 millones de euros para las plantas de Aguilar, la decisión de transformar el máximo de contratos temporales en indefinidos y garantizar la capacidad adquisitiva de los trabajadores mediante el ofrecimiento del IPC real, el previsto por el Gobierno más el posible diferencial de cierre.

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