Reportaje:ESCAPADAS | Úbeda y Baeza

Un despliegue de Renacimiento

Más de mil edificios de interés artístico adornan estas villas jienenses, declaradas Patrimonio de la Humanidad en 2003

Cuenta la leyenda que, mientras Alfonso VIII atacaba Úbeda, uno de sus capitanes, Álvar Fáñez, El Mozo, andaba faciéndole el amor, que no la guerra, a una mora a la que había sorprendido realizando sus abluciones en el Guadalquivir. Y que, a la mañana siguiente, cuando el rey le preguntó irritado dónde demonios había estado, este involuntario precursor de las encamadas pacifistas tuvo el salero de contestar: "Por esos cerros, señor".

Mal no le fue con aquella salida, porque luego se le vería protagonizando nuevas correrías en Valencia, y quizá por eso, desde entonces, los ...

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Cuenta la leyenda que, mientras Alfonso VIII atacaba Úbeda, uno de sus capitanes, Álvar Fáñez, El Mozo, andaba faciéndole el amor, que no la guerra, a una mora a la que había sorprendido realizando sus abluciones en el Guadalquivir. Y que, a la mañana siguiente, cuando el rey le preguntó irritado dónde demonios había estado, este involuntario precursor de las encamadas pacifistas tuvo el salero de contestar: "Por esos cerros, señor".

Mal no le fue con aquella salida, porque luego se le vería protagonizando nuevas correrías en Valencia, y quizá por eso, desde entonces, los inexistentes cerros de Úbeda se han convertido en uno de los lugares comunes más frecuentados de este país de peritos en evasivas, maestros del escaque, geómetras de la tangente y cantantes de peteneras.

En Úbeda hay catalogados más de 500 edificios de interés artístico

Nada tiene de extraño que, con semejante ardor guerrero, los cristianos no conquistaran definitivamente Úbeda hasta 1234, ya en tiempos del rey Fernando III, El Santo. Pero la ciudad aún conocería otra conquista más famosa: la de la belleza del Renacimiento. Sucedió en el siglo XVI, cuando hombres de Úbeda ocuparon altos cargos en los gobiernos de Carlos I y de Felipe II y poblaron su villa natal de iglesias, hospitales y palacios de patios deslumbrantes, muchos de ellos con la firma del arquitecto Vandelvira.

En Úbeda hay catalogados -¡agárrense!- más de 500 edificios de interés artístico. La oficina de turismo, para mitigar el estrés que tamaña cifra causa en cualquiera que no sea japonés, facilita unos planos-guía que reducen los monumentos visitables a 43, pero aun así, este número sigue excediendo el kilometraje de una maratón.

De ahí que los forasteros avisados centren el 99% de su interés en la plaza Vázquez de Molina, donde se concentran el palacio de las Cadenas -Ayuntamiento-, el palacio del Deán Ortega -desde 1930, parador de turismo-, la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares, la cárcel del Obispo, el palacio del Marqués de Mancera, el Pósito y la sacra capilla del Salvador, que es la gloria del Renacimiento ubetense.

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Para viajeros con posibles y con una capacidad casi profética para hacer planes con meses de antelación, queda reservado el gozo de alojarse en los siempre repletos hoteles habilitados en palacios renacentistas: en el parador Condestable Dávalos o, mejor, en el Palacio de la Rambla. En este último, en su patio devorado por la yedra y en su galería salpicada de bustos marmóreos, regios sillones y vetustos lienzos, hay un silencio tal que casi se puede escuchar a los viajeros rumiando sus proféticos planes.

A sólo ocho kilómetros de Úbeda, está Baeza. Los ubetenses llaman a los baezanos bambollas, porque aparentan -dicen aquéllos- más de lo que son. Y éstos, a los ubetenses, bacinillas, más que nada por jorobar, porque ya hace décadas que Úbeda dejó de exportar este humilde género para consagrarse, con vistas al mundo, con sus cerámicas decoradas en verde cobre y en azul cobalto.

Dejando a un lado estos dimes y diretes, ambos lugares se pusieron de acuerdo, como buenos vecinos, para llamar juntos a la Unesco y solicitar la declaración de ciudades patrimonio de la humanidad, un reconocimiento que les llegó el 3 de junio de 2003.

Más recogida e íntima, más pueblo que Úbeda, Baeza atesora empero igual riqueza de monumentos. Para pegarse un hartón de ellos, basta darse un garbeo por la plaza del Pópulo -allí, la Alhóndiga, las Casas Consistoriales Bajas, la antigua Carnicería, la casa y el arco del Pópulo, la fuente romana de los Leones...- y luego seguir por la cuesta de San Gil en busca de la catedral, que es la más bella de Jaén después de la de la capital, pues no hay otra.

En Baeza residieron el místico San Juan de la Cruz y el lógico Machado, profesor de francés y viudo de Leonor, a quien nada nos cuesta imaginar caminando por estas calles silenciosas bordadas de casas blancas y palacios dorados, solo, triste, cansado, pensativo y viejo.

Guías, alfarería y hoteles-palacio

- Cómo ir. Úbeda y Baeza se hallan en el norte de Jaén, a 315 kilómetros de Madrid yendo por la autovía del Sur (A-4) hasta La Carolina y luego por la comarcal A-301.

- Visitas. Hay tal cantidad de monumentos en ambas villas, que lo mejor, para no volverse loco, es seguir a los guías de Artificis (teléfono 953 75 81 50), Atlante (teléfono 953 79 34 22) o Pópulo (teléfono 953 74 43 70).

- Alrededores. A 47 kilómetros, está la sierra de Cazorla, el mayor parque natural de España. En Jaén (a 49 kilómetros): castillo de Santa Catalina, catedral, baños árabes de Alí y museo Arqueológico.

- Comer. El Seco (Úbeda; teléfono 953 79 14 52): restaurante familiar, con ricos platos de cuchara -andrajos, judías con perdiz, potaje carmelitano...-; 18 euros. El Porche (Úbeda; teléfono 953 75 72 87): ensalada de bacalao con pisto y solomillo con foie a la salsa de Oporto; 25-30 euros. La Pintada (Baeza; teléfono 953 74 70 19): cocina creativa, con el aceite de oliva como protagonista; 22 euros. Juanito (Baeza; teléfono 953 74 00 40): paté de perdiz con aceite de producción propia y papas a lo pobre con lomo de orza; 25-30 euros.

- Dormir. El Parador Condestable Dávalos (teléfono 953 75 03 45; doble, 135 euros), el Palacio de la Rambla (teléfono 953 75 01 96; 100 euros) y el hotel Álvar Fáñez (teléfono 953 79 60 43; 80 euros) son tres buenos ejemplos de la arquitectura palaciega ubetense. En Baeza, destacan el hotel Puerta de la Luna (teléfono 953 74 70 19; 72-112 euros) y el recién inaugurado Palacio de los Salcedo (teléfono 953 74 72 00; 78-120 euros), ambos instalados en edificios del siglo XVI.

- Compras. Cerámica: en Úbeda, Alfarería Tito (plaza del Ayuntamiento, 12); en Baeza, taller de Mari Ángeles Santos (Iglesia, 8).

- Más información. Oficina de Turismo de Úbeda (plaza del Ayuntamiento, s/n; teléfono 953 75 08 97); Oficina de Turismo de Baeza (plaza del Pópulo, s/n; teléfono 953 74 04 44); www.promojaen.es

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