Las divisiones internas del SPD amenazan la campaña electoral de Schröder

El ex presidente del partido Lafontaine deja la formación después de 39 años de militancia

Gerhard Schröder lanzó un órdago al pedir el domingo la convocatoria de elecciones anticipadas tras el descalabro electoral en Renania del Norte-Westfalia. Ahora debe bregar con el ala izquierda de su partido, el SPD, desde cuyas filas empiezan a oírse críticas a la estrategia del canciller. El ex presidente de la formación Oskar Lafontaine anunció su marcha y se puso a disposición de los poscomunistas. La cúpula del SPD se reunió anoche para tratar de unificar un programa y definir su estrategia electoral, que previsiblemente se celebrarán el 18 de septiembre.

El ex ministro de Haciend...

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Gerhard Schröder lanzó un órdago al pedir el domingo la convocatoria de elecciones anticipadas tras el descalabro electoral en Renania del Norte-Westfalia. Ahora debe bregar con el ala izquierda de su partido, el SPD, desde cuyas filas empiezan a oírse críticas a la estrategia del canciller. El ex presidente de la formación Oskar Lafontaine anunció su marcha y se puso a disposición de los poscomunistas. La cúpula del SPD se reunió anoche para tratar de unificar un programa y definir su estrategia electoral, que previsiblemente se celebrarán el 18 de septiembre.

El ex ministro de Hacienda en el primer Gobierno de Schröder, Lafontaine, militante socialdemócrata desde hace 39 años, ofreció su candidatura a una hipotética alianza de fuerzas a la izquierda del SPD. De aliarse el PDS, heredero del partido único de la RDA, y la WASG, formada el año pasado por disidentes del partido de Schröder contrarios a los planes de reformas del mercado de trabajo, la coalición podría contar con Lafontaine. "Siempre dije que estaba dispuesto a dejar de ser miembro del partido si el SPD acudía a las elecciones con la Agenda 2010", aseguró ayer al diario Bild, el más leído del país.

Las reacciones en el seno del SPD no se hicieron esperar. Su secretario general, Klaus Uwe Benneter, le dijo de malos modos que se fuera de una vez y dejara de hacer daño a la formación.

A la salida de Lafontaine se suma el hastío de algunos miembros del SPD, que no ven con buenos ojos que Schröder acuda a las elecciones con el plan de recortes sociales y de prestaciones del desempleo como único reclamo. La pérdida de votos y afiliados desde que el canciller lanzara en 2003 la Agenda 2010, el programa de recortes sociales con el que pretende enderezar la maltrecha economía alemana, ha hecho que muchos convencidos de la necesidad de una reestructuración del mercado de trabajo piensen que no se la pueden permitir desde el punto de vista político.

Pero Schröder no parece dispuesto a hacer concesiones que le distancien de la Agenda 2010. "Mantendremos nuestra política de renovación del país para conseguir que el sistema de seguridad se mantenga en un futuro y resista ante las crisis", reiteró Schröder al semanario Die Zeit en una entrevista que se publicará el jueves, después de que la dirección de su partido hubiese dejado claro que las reformas seguirán adelante y constituirán el núcleo del programa del SPD. El canciller anticipó que la campaña será personalista y que confía en que un refrendo en las urnas invite a la CDU a poner fin al bloqueo de iniciativas legislativas en el Bundesrat, la poderosa Cámara territorial alemana, donde los conservadores tienen una abrumadora mayoría.

"Vamos a seguir las reformas, somos el partido de las reformas, pero la base del partido no va a hacer la campaña bajo la bandera de Hartz IV [paquete de reformas laborales]", aseguró ayer a este diario Niels Annen, miembro de la Ejecutiva del SPD y perteneciente al ala izquierda del partido. "Hemos perdido nueve elecciones con esta política. Esto no funciona. No podemos mirar hacia delante con cinco millones de parados a nuestras espaldas", añadió Annen, quien adelantó algunos de los puntos del programa electoral que el SPD tenía previsto anunciar anoche, tras la reunión del partido: la adopción de un salario mínimo regulado para los trabajadores y un plan de reforma de la sanidad. Otros miembros del SPD piden al canciller que dé rienda suelta en la campaña a la retórica anticapitalista del presidente de la formación, Franz Müntefering.

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Los votos verdes

Schröder dejó además entrever un posible distanciamiento con Los Verdes, en sus primeras declaraciones tras el anuncio de elecciones anticipadas. "En una carrera electoral, cada uno busca arrancarle el mayor número de votos a su competidor", dijo tras ser preguntado si habrá nueva coalición rojiverde. Los Verdes le respondieron con la misma moneda por boca de su presidente, quien dijo que el SPD lucha por su éxito y ellos lucharán por el suyo. La derrota el pasado domingo en las elecciones en el Estado más poblado del país supuso el fin del último Gobierno regional de la coalición rojiverde.

Los sondeos de la cadena ARD reflejan que, a cuatro meses de las más que probables elecciones anticipadas, el 53% de los encuestados votaría a la democracia cristiana (CDU), frente al 37% que lo haría al SPD, los sindicatos han decidido no apoyar la candidatura rojiverde. El jefe de la confederación de sindicatos alemanes, Michael Sommer, asegura en una entrevista con Die Zeit, que los colectivos a los que representa no piensan pedir el voto para la coalición.

El canciller alemán, Gerhard Schröder, ayer en Berlín.AP

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