OPINIÓN DEL LECTOR

Oficinas de Bienestar

Desde hace años, la Generalitat dispone de una oficina del Departamento de Bienestar y Familia en Mollet. La consejera Simó se comprometió a traspasar progresivamente estas oficinas a los ayuntamientos interesados. Un año después, este compromiso parece que se lo ha llevado el viento. Ninguna de estas oficinas ha sido traspasada a los ayuntamientos, a pesar de que muchos de ellos, como el de Mollet, están plenamente capacitados y tienen legitimidad para hacerse cargo de su gestión. El Gobierno y la consejera de Bienestar harían bien no obviando un tema que fue tan criticado mientras gobernaba ...

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Desde hace años, la Generalitat dispone de una oficina del Departamento de Bienestar y Familia en Mollet. La consejera Simó se comprometió a traspasar progresivamente estas oficinas a los ayuntamientos interesados. Un año después, este compromiso parece que se lo ha llevado el viento. Ninguna de estas oficinas ha sido traspasada a los ayuntamientos, a pesar de que muchos de ellos, como el de Mollet, están plenamente capacitados y tienen legitimidad para hacerse cargo de su gestión. El Gobierno y la consejera de Bienestar harían bien no obviando un tema que fue tan criticado mientras gobernaba CiU y cumplir su contrato con los electores, recogido en el Pacto del Tinell y también en el programa de ERC, su propia formación. El mantenimiento de estas oficinas bajo la tutela del Gobierno autónomo supone un gasto innecesario, porque sus servicios se solapan con los que presta la Administración local y acaban siendo meras oficinas de captación de voto de los partidos que gobiernan la Generalitat. Su traspaso a los ayuntamientos contribuiría a acabar con la actual duplicidad de redes de servicios sociales y racionalizar su uso, acercando su gestión al ciudadano.

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