Cartas al director

Sí a la Historia del Arte

Somos un grupo de estudiantes de Historia del Arte. Una subcomisión del Gobierno para la Convergencia Europea en materia de educación universitaria ha elaborado una lista de carreras futuras, entre las que no se encuentra la nuestra: Historia del Arte. El pretexto es el denominado Plan de Bolonia, pero no es cierto que estén eliminando esta carrera del resto de los países europeos (por ejemplo, en Francia o en Italia permanecerá).

Ante la posibilidad de que sea suprimida como titulación de grado en nuestro país y se convierta en posgrado de Historia, queremos expresar nuestra profunda d...

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Somos un grupo de estudiantes de Historia del Arte. Una subcomisión del Gobierno para la Convergencia Europea en materia de educación universitaria ha elaborado una lista de carreras futuras, entre las que no se encuentra la nuestra: Historia del Arte. El pretexto es el denominado Plan de Bolonia, pero no es cierto que estén eliminando esta carrera del resto de los países europeos (por ejemplo, en Francia o en Italia permanecerá).

Ante la posibilidad de que sea suprimida como titulación de grado en nuestro país y se convierta en posgrado de Historia, queremos expresar nuestra profunda decepción y desacuerdo. Creemos importante recalcar que dentro del área de humanidades, la licenciatura de Historia del Arte es la más demandada. Sólo en la Universidad Complutense de Madrid, en el curso 2003-2004 hubo 1.473 alumnos matriculados. A éstos hay que sumarles los estudiantes de la Universidad Autónoma de Madrid, los de Granada, Tenerife, etcétera.

El mundo del arte es un mercado en alza y en expansión (galerías, museos, casas de subastas, conservación, crítica de arte, etcétera) que exige profesionales bien formados y con conocimientos que no pueden adquirirse en dos años de posgrado.

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Ya que este mercado no va a desaparecer, consideramos inadmisible que desaparezca la base intelectual y formativa que lo sustenta.

Algunas de las consecuencias serían las de profesionales no cualificados ocupando puestos de importancia, con el riesgo que ello implica: deterioro de nuestro patrimonio, del que en gran medida vivimos, falsificaciones no detectadas, un estancamiento y paulatino descenso de nuestra competencia intelectual en el plano internacional, etcétera. Además, supondría recortes de profesorado y de las plazas disponibles para recién licenciados.

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