Imaz pide que no se bloquee la investidura de Ibarretxe

Los presidentes del PNV, Josu Jon Imaz, y de EA, Begoña Errazti, mostraron ayer modos y mensajes tan diferentes tras su encuentro con el candidato de su coalición, Juan José Ibarretxe, que no parecían socios persiguiendo el mismo objetivo. Mientras Errazti insistió en el "avance soberanista" y apeló a los votos de EHAK, Imaz ofreció "humildad y flexibilidad" y pidió a la oposición que no bloquee la elección de Ibarretxe.

Ambos cerraron, por separado, la ronda poselectoral celebrada por Ibarretxe con las fuerzas parlamentarias. Aparte de su apuesta por el tripartito, sólo coincidieron en...

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Los presidentes del PNV, Josu Jon Imaz, y de EA, Begoña Errazti, mostraron ayer modos y mensajes tan diferentes tras su encuentro con el candidato de su coalición, Juan José Ibarretxe, que no parecían socios persiguiendo el mismo objetivo. Mientras Errazti insistió en el "avance soberanista" y apeló a los votos de EHAK, Imaz ofreció "humildad y flexibilidad" y pidió a la oposición que no bloquee la elección de Ibarretxe.

Ambos cerraron, por separado, la ronda poselectoral celebrada por Ibarretxe con las fuerzas parlamentarias. Aparte de su apuesta por el tripartito, sólo coincidieron en su negativa a ceder a las plataformas ilegalizadas en 2003 los concejales que les habrían correspondido, como les pidió la víspera EHAK. Por lo demás, Errazti compareció con un mensaje que hizo hincapié en el objetivo del "avance soberanista" y la consulta prometida para esta legislatura, considerando que el nuevo Parlamento "irá más allá" todavía del plan Ibarretxe, aprobado el 30 de diciembre. No tuvo empacho en demandar los votos de EHAK para la investidura -"¿por qué no?", se preguntó-, antes de llamar a la "responsabilidad" a ese grupo para garantizar un lehendakari "abertzale".

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Imaz empezó por declararse consciente de la complejidad de la situación dibujada por las elecciones y anunció "humildad y flexibilidad" por parte de su partido. Subrayó el 44% de apoyos que reuniría el tripartito PNV-EA-EB, quitó importancia a los mensajes de los últimos días y confió en entrar en un diálogo más fructífero en breve. "Cuando uno tiene el peso que tiene, no puede ser arrogante, debe respetar al contrario, aceptar a la parte de ciudadanía que representa y buscar acuerdos con él", fue su receta.

Imaz puso en una mano su oferta de no establecer "estrategias de imposición", algo que ni el PNV por sí mismo, ni la coalición, ni el tripartito están ahora en condiciones de ejercer, y extendió la otra para recibir de la oposición la renuncia a "estrategias de bloqueo". Detrás de esa demanda se oculta una petición encubierta para que el candidato socialista, Patxi López, no dispute la investidura con Ibarretxe. Es su entrada en liza la que podría dar lugar, si el PP apoya a López, a ese bloqueo del que habló Imaz, al originar un empate a 33 escaños. Ello dejaría en manos de EHAK tanto el desempate, con un voto a favor de Ibarretxe, como la posibilidad de bloquear la elección, si el grupo apoyado por Batasuna se abstiene. Con el argumento de no entregar la llave a los radicales jugará el PNV para disuadir a Patxi López, bien directamente, o bien de forma indirecta, a través del PSOE y del presidente Zapatero, con quien se reunirá Ibarretxe el día 5 de mayo.

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