Análisis:

Desaceleración anunciada

El miedo ha vuelto a las bolsas. Los sucesivos máximos del precio del petróleo podrían desestabilizar a una economía global con importantes desequilibrios, lo que ha llevado a los inversores a plantearse escenarios de clara desaceleración económica.

El consumidor americano, verdadero motor del crecimiento global, empieza a mostrar signos de agotamiento en un entorno de subidas de tipos de interés, fin de los recortes de impuestos, elevado precio del crudo y rentas salariales presionadas a la baja.Pero la realidad es que las compañías "han hecho sus deberes" en los últimos años. La salud...

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El miedo ha vuelto a las bolsas. Los sucesivos máximos del precio del petróleo podrían desestabilizar a una economía global con importantes desequilibrios, lo que ha llevado a los inversores a plantearse escenarios de clara desaceleración económica.

El consumidor americano, verdadero motor del crecimiento global, empieza a mostrar signos de agotamiento en un entorno de subidas de tipos de interés, fin de los recortes de impuestos, elevado precio del crudo y rentas salariales presionadas a la baja.Pero la realidad es que las compañías "han hecho sus deberes" en los últimos años. La salud empresarial y la cautela de los inversores durante las alzas bursátiles hacen que el potencial de caída de las bolsas ahora sea limitado, salvo un escenario recesivo que no contemplamos en estos momentos.

En definitiva, prudencia sí, porque a corto plazo podrían continuar con las correcciones. Miedo no, porque serán temporales y es en momentos de incertidumbre cuando se realizan las mejores inversiones con un horizonte temporal de medio plazo.

Raquel Martínez Cabañero es analista de Mercados Financieros de Ibercaja.

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