Quejas vecinales por la tala de cuatro árboles en la plaza de la Paja

Medio Ambiente asegura que los ejemplares estaban enfermos

"Su único delito era dar sombra". Esta frase rezaba en los carteles que puso el martes un vecino de la plaza de la Paja sobre los cuatro tocones que dejaron los operarios de Parques y Jardines del Ayuntamiento. Los vecinos de la plaza, en el distrito Centro, llevan dos días observando cómo son talados cuatro viejos ejemplares, acacias de la especie sóforas japónicas. La concejalía de Medio Ambiente asegura que estaban enfermos y eran insalvables. "No los cuidan y por eso enferman", responde una vecina.

"La sombra que daban no la daba el resto", decía ayer apenada María Cano, que ...

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"Su único delito era dar sombra". Esta frase rezaba en los carteles que puso el martes un vecino de la plaza de la Paja sobre los cuatro tocones que dejaron los operarios de Parques y Jardines del Ayuntamiento. Los vecinos de la plaza, en el distrito Centro, llevan dos días observando cómo son talados cuatro viejos ejemplares, acacias de la especie sóforas japónicas. La concejalía de Medio Ambiente asegura que estaban enfermos y eran insalvables. "No los cuidan y por eso enferman", responde una vecina.

"La sombra que daban no la daba el resto", decía ayer apenada María Cano, que lleva 20 años viviendo en la plaza de la Paja. "Ya cuando arreglaron la plaza nos negamos a que los cortaran. Ayer [por el martes] nos reunimos los vecinos y vamos a presentar un escrito al Ayuntamiento".

Como ella, muchos transeúntes que pasaban ayer por la plaza se quedaban mirando con asombro a los dos operarios de Parques y Jardines que se turnaban para extraer un tocón del suelo. Algunos se acercaban a preguntar las razones del crimen.

"Tienen una enfermedad. Por fuera se ven bien, pero por dentro están secos", aseguró uno de los operarios. "Antes hemos picado uno y se ha abierto en dos, con cucarachas por dentro. No los quitamos por viejos, sino porque están mal".

"Hay otros árboles más enfermos. Otra cosas es que tenga peligro", afirmaba Fernando, quien tomaba el sol en un banco, y dijo ser podador del Ayuntamiento. "Esos árboles tienen más de 40 años. Yo lo que haría es quitarles peso, talarlos, y si duran otros dos años... pues duran", propuso. En su opinión, los árboles estaban terciados. Es decir, con cortes. Con la humedad, cogen hongos y barrena, un gusano que se los come por dentro. "Eso ocurre por las podas salvajes y porque arreglaron la plaza y cortaron las raíces. Luego no se cuidan los árboles y enferman", continuó Fernando.

El director general de Patrimonio Verde de la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Federico Sepúlveda, explicó que la tala afecta a cuatro ejemplares muy viejos (aunque no supo fijar su edad) "con heridas y pudriciones". "Tenían daños en puntos estructurales y eso es una situación de riesgo. Cuando un árbol sufre una herida, penetran hongos al interior y pudren la madera. Lo que va quedando es menos resistente y un golpe de viento puede derribar el árbol", agregó. Para tranquilizar a los vecinos, Sepúlveda añadió que los ejemplares serán sustituidos por otros árboles jóvenes."A veces con una poda terapéutica podemos salvar a los árboles, pero en este caso estaban muy afectados", afirmó el director general.

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