Una reflexión a la papelera

El concejal de Grandes Proyectos del Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Grau, del PP, tiró materialmente a la papelera el martes la propuesta presentada el pasado otoño por el arquitecto francés Jean Nouvel para remodelar el frente marítimo de la ciudad. La propuesta de Valencia Litoral, que promovió el asesor inmobiliario Ignacio Jiménez de Laiglesia con el apoyo del sociólogo José Miguel Iribas y plasmó en papel y maquetas el prestigioso arquitecto francés, "no puede ser estudiada urbanísticamente", según Grau, porque es sólo "una reflexión". Grau obviaba así que fue él mismo quien en junio d...

El concejal de Grandes Proyectos del Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Grau, del PP, tiró materialmente a la papelera el martes la propuesta presentada el pasado otoño por el arquitecto francés Jean Nouvel para remodelar el frente marítimo de la ciudad. La propuesta de Valencia Litoral, que promovió el asesor inmobiliario Ignacio Jiménez de Laiglesia con el apoyo del sociólogo José Miguel Iribas y plasmó en papel y maquetas el prestigioso arquitecto francés, "no puede ser estudiada urbanísticamente", según Grau, porque es sólo "una reflexión". Grau obviaba así que fue él mismo quien en junio del año pasado pidió a Nouvel que presentara sus ideas sobre las posibilidades de remodelación del frente marítimo de la ciudad. Y recordó que está pendiente de fallo el concurso internacional promovido por el Ayuntamiento.

Y es que días después de la presentación de la propuesta de Valencia Litoral, que abarca un área de casi dos millones de metros cuadrados desde la Malva-rosa hasta Natzaret y La Punta, pasando por El Cabanyal, la antigua dársena del puerto, el final del viejo cauce del Turia y el encuentro de la ciudad con la huerta, el Ayuntamiento anunciaba la convocatoria de un concurso internacional de ideas para ordenar el sector urbanizable de El Grau, de 370.000 metros cuadrados con vistas a la dársena.

Grau insistió en que si Jiménez de Laiglesia tenía "tanto interés" en realizar su proyecto, tendría que haber acudido al concurso. Obviaba así el edil que se trata de iniciativas totalmente diferentes. Y no sólo por la amplitud de la actuación que proponen. La primera se inscribe en el ámbito de las ideas, en un urbanismo entendido como arma de transformación social y económica y no como mero proyecto de ladrillos. Y la segunda, en el clásico urbanismo fragmentario que ha dejado en ésta y otras ciudades claros ejemplos de sus carencias y defectos, por más que algunos proyectos emblemáticos lleven la firma de prestigiosos profesionales.

Jiménez de Laiglesia dijo ayer que su propuesta ha recibido numerosos elogios y anunció que estudian su tramitación como plan de actuación integrada (PAI), que se presentará lo antes posible: el tiempo que cueste "ultimar y concretar la propuesta, redactar los documentos técnicos y los informes jurídicos y alcanzar un acuerdo con socios financieramente potentes". El coste estimado de la propuesta de Nouvel supera los dos millones de euros.

"Es increíble que un político te diga que no se puede pronunciar sobre una reflexión", dijo, por su parte, José Miguel Iribas, que recordó que fue el propio concejal el que invitó a Nouvel a presentar propuestas e ideas para la ciudad.

En el fondo, las declaraciones de Grau responden sólo a la búsqueda de "una salida" para una situación embarazosa generada, según fuentes conocedoras del asunto, porque el concurso convocado por el Ayuntamiento a través de la empresa municipal Aumsa va a ser "un fiasco". Esas fuentes explican que al menos tres de los ocho equipos seleccionados inicialmente en el concurso han decidido al final no presentar proyecto, porque no han "visto claro" el asunto. Entre otras cosas, porque la mayor parte del suelo sobre el que se actúa no es de propiedad municipal, lo que representa un problema, puesto que sus propietarios, entre ellos la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) y Renfe, en algunos casos ni siquiera han sido consultados.