Crítica:CRÍTICAS

Guionista con premio

No hay síntoma de mayor decaimiento en una saga de películas que el hecho de que el guionista habitual de la serie se incorpore también a la dirección; una circunstancia que viene provocada normalmente por una doble motivación: se está otorgando un premio por la labor prestada y es obvio que a nadie de cierto prestigio le apetece trabajar en un producto en cuesta abajo. David S. Goyer, escritor de las dos primeras entregas de Blade, es ahora la cabeza pensante y el ejecutor de Blade: Trinity, una de esas películas que, tras la reciente acumulación de producciones con objetivos, e...

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No hay síntoma de mayor decaimiento en una saga de películas que el hecho de que el guionista habitual de la serie se incorpore también a la dirección; una circunstancia que viene provocada normalmente por una doble motivación: se está otorgando un premio por la labor prestada y es obvio que a nadie de cierto prestigio le apetece trabajar en un producto en cuesta abajo. David S. Goyer, escritor de las dos primeras entregas de Blade, es ahora la cabeza pensante y el ejecutor de Blade: Trinity, una de esas películas que, tras la reciente acumulación de producciones con objetivos, estilos y orígenes idénticos (Underworld, Van Helsing, Catwoman, las secuelas de Matrix...), deja una irrefrenable sensación de ya vista.

BLADE: TRINITY

Dirección: David S. Goyer. Intérpretes: Wesley Snipes, Kris Kristofferson, Jessica Biel, Parker Posey. Género: acción. EEUU, 2004. Duración: 113 minutos.

Tres novedades menores dan cuenta del agotamiento de la fórmula. La primera, la incorporación al reparto de Jessica Biel, que cubre el cupo de la actriz guapa y de formas redondeadas a la que le sientan de miedo los trajes de cuero ajustados. La segunda, el más que obvio fichaje de Parker Posey, una intérprete que tenía cara de vampiro hasta en películas como Tienes un e-mail. Y la última, un supuestamente espectacular efecto especial con la boca de unos perros abierta en forma de estrella, que sin embargo está copiado de una obra maestra de hace más de 20 años: La cosa, de John Carpenter.

Por lo demás, los mismos saltos, mordiscos y patadas de siempre, una nueva remesa de artilugios para matar vampiros y mucha menos oscuridad y bastante más acción (sin sentido).

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