Cartas al director

¿Queda algo por reivindicar?

Existe un especial empeño por parte de algunos sectores en difundir la opinión interesada de que la fecha del 8 de marzo se ha quedado sin contenido porque mujeres y hombres gozamos de los mismos derechos. Más aún, llegan incluso a afirmar que sobre nuestras cabezas no pende techo de cristal, sino de oro, gracias a un discurso victimista que nos habría colocado en una situación privilegiada con respecto a los varones. Contestar a ello que la ignorancia es osada es concederles un rasgo de ingenuidad del que carecen.Este año se celebra el X aniversario de la IV Cumbre Mundial de Mujeres de Pekín...

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Existe un especial empeño por parte de algunos sectores en difundir la opinión interesada de que la fecha del 8 de marzo se ha quedado sin contenido porque mujeres y hombres gozamos de los mismos derechos. Más aún, llegan incluso a afirmar que sobre nuestras cabezas no pende techo de cristal, sino de oro, gracias a un discurso victimista que nos habría colocado en una situación privilegiada con respecto a los varones. Contestar a ello que la ignorancia es osada es concederles un rasgo de ingenuidad del que carecen.Este año se celebra el X aniversario de la IV Cumbre Mundial de Mujeres de Pekín, en la que 189 países adoptaron una serie de acuerdos con el objetivo de poner fin a la discriminación que sufrimos las mujeres en el mundo por el simple hecho de ser mujeres.Diez años después, en EE UU, George Bush pretende que se descarte el aborto como un derecho de las mujeres; en Pakistán se nos mata por honor y acaba de ser rechazada una ley contra esos asesinatos; en Argelia se ha reformado el código de familia, pero se nos sigue manteniendo bajo tutela masculina; en 28 países de África se nos mutila genitalmente; en Irak, donde el eje del bien desplegó su cruzada de libertades contra la opresión, se nos sigue eliminando ante cualquier sospecha de adulterio; en Ciudad Suárez se nos desaparece...En España, 97 mujeres fueron asesinadas el pasado año a manos de sus ex compañeros sentimentales y fueron tramitadas una media diaria de 60 órdenes judiciales de alejamiento.En todos los rincones del mundo, la violencia, la pobreza, el tráfico de personas (700.000 por año, fundamentalmente mujeres y niñas), el analfabetismo, siguen teniendo, en mayor proporción, rostro de mujer.Las depredadoras políticas neoliberales, con su maximización de ingresos y concentración de capital, en manos de cada vez menos, contribuyen a ello con sus recortes presupuestarios y el progresivo desmantelamiento del Estado de bienestar.Las reglas del mercado de trabajo siguen intactas. La asociación entre producción / producción de mercado y entre empleo / trabajo deja fuera de todo circuito de reconocimiento social y económico el trabajo de reproducción de las mujeres que permite el funcionamiento del modelo patriarcal sin costo alguno. Se arbitran medidas para conciliar vida familiar y laboral, cuando las quisiéramos de corresponsabilidad -reparto de las cargas domésticas y cuidado de las personas dependientes- y de reconciliación, en general, con la vida misma...Hemos incrementado, con un mayor coste personal, nuestra incorporación a las instancias de administración, decisión y poder públicos, pero... ¿hay que ser política o funcionaria para que, al menos en teoría, tengamos cierta posibilidad para acceder a ello? ¿Existe acaso un mínimo atisbo de paridad en el sector privado? Hay algo tan sencillo y al alcance de cualquiera para constatarlo, a modo de ejemplo, como es el hacer un recuento de las mujeres que ocupan puestos directivos en los diarios de tirada nacional. Las discriminaciones encubiertas y los micromachismos están a la orden del día. Se gestiona y controla nuestra salud reproductiva, nuestro derecho a disfrutar de una sexualidad satisfactoria..., en definitiva, la libre disposición de nuestros cuerpos. Es preciso insistir en la necesidad de fomentar -desde la educación, la publicidad y los medios de comunicación- valores de respeto e igualdad, otros modelos y maneras de relacionarnos, otra mirada sobre las mujeres, otra representación nuestra en el espacio público y en el espacio privado, otra construcción del imaginario simbólico... ¿Queda algo por reivindicar el 8 de marzo? Sí, por supuesto que queda por lo que reivindicar ese día y por lo que continuar luchando los 364 restantes. ¡Hasta el año que viene!

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