Aluvión de reproches por la referencia del líder catalán a las mujeres maltratadas

Pasqual Maragall fue ayer la diana de un aluvión de críticas, desde todos los sectores sociales y políticos, por afirmar que su Gobierno, en la crisis política que se vive en Cataluña, se siente "como una mujer maltratada". "Comparación desafortunada" fue el calificativo más suave que le lanzaron al presidente catalán desde la propia vicepresidenta del Gobierno central o incluso miembros del Ejecutivo catalán.

María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta primera del Gobierno, pidió a Maragall que no compare un debate político con una "tragedia social", porque son situaciones "diame...

Pasqual Maragall fue ayer la diana de un aluvión de críticas, desde todos los sectores sociales y políticos, por afirmar que su Gobierno, en la crisis política que se vive en Cataluña, se siente "como una mujer maltratada". "Comparación desafortunada" fue el calificativo más suave que le lanzaron al presidente catalán desde la propia vicepresidenta del Gobierno central o incluso miembros del Ejecutivo catalán.

María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta primera del Gobierno, pidió a Maragall que no compare un debate político con una "tragedia social", porque son situaciones "diametralmente opuestas". La Asociación de Mujeres Maltratadas expresó su indignación y exigió al presidente catalán una rectificación. "Maragall desconoce la gravedad y el dramatismo por el que atraviesan muchas mujeres", afirmó su presidenta, Consuelo Varela.

En Cataluña, el líder de Iniciativa per Catalunya Verds, Joan Saura, afirmó que él "nunca hubiera hecho estas declaraciones". En el consejo político de esta formación se vertieron duras críticas por las afirmaciones de Maragall. El presidente del Parlamento autónomo, el republicano Ernest Benach, también las lamentó: "No son comparables los problemas del Gobierno tripartito con el drama de las mujeres víctimas de malos tratos".

Solamente la consejera de Bienestar y Familia de la Generalitat, Anna Simó, de ERC, rompió una lanza a favor de Maragall y juzgó "pernicioso y tramposo" interpretar estas palabras como una "frivolización de la violencia contra las mujeres".