"Visto hoy, se falló en la gestión de los avisos de confidentes"
Pregunta. Usted no ha visto trascendencia penal en los mandos de las fuerzas de seguridad por su investigación de los avisos sobre venta de explosivos.
Respuesta. No, porque no se da la intencionalidad de no perseguir que exige el Código Penal. Que las investigaciones no se hicieran todo lo bien, bueno, eso deben valorarlo ellos.
P. ¿Cree que se gestionaron mal los avisos de confidentes?
R. Visto ahora, sí. Claro, visto ahora, se ve que falló. Pero hay que ponerse en 2001. Las características del confidente, que era portero de un club de alterne...
Pregunta. Usted no ha visto trascendencia penal en los mandos de las fuerzas de seguridad por su investigación de los avisos sobre venta de explosivos.
Respuesta. No, porque no se da la intencionalidad de no perseguir que exige el Código Penal. Que las investigaciones no se hicieran todo lo bien, bueno, eso deben valorarlo ellos.
P. ¿Cree que se gestionaron mal los avisos de confidentes?
R. Visto ahora, sí. Claro, visto ahora, se ve que falló. Pero hay que ponerse en 2001. Las características del confidente, que era portero de un club de alterne y al que debe ponerse en tela de juicio un poco todo lo que dice. Claro, ahora es muy fácil decir que no se le creyó. La comisaría de Gijón no le creyó. Entendieron que no era de fiar. Visto ahora es muy fácil decir que si se le hubiera dado crédito y se hubiera investigado muy a fondo a lo mejor se podría haber evitado algo. Pero hay que ponerse en el 2001, y con los datos que se tenía. Es muy difícil. Si tuviéramos la bola de cristal... Trabajar con esta gente es complicado.
P. El Nayo [José Ignacio Fernández Díaz, confidente] denunció en 2003 a su antecesor esta red de tráfico de explosivos. ¿Mencionó alguna vinculación con ETA como hace ahora?
R. No, sólo que esta gente, Toro y Trashorras, tenían explosivos ocultos en un monte. Creo que dijo el monte que era, pero no el sitio. Entonces se rastreó con perros y todo, pero no se encontró nada. Era buscar una aguja en un pajar.
P. El hecho de que cuando se encuentran explosivos en el garaje de Toro tras su detención en la Operación Pipol nadie -ni juez, ni fiscal, ni policía- indague el origen de los explosivos, ¿cómo lo valora?
R. Nadie lo investiga. Es que aquí los explosivos es una cosa bastante habitual. Aquí hay mucho minero retirado. Y además el explosivo no era mucho. Por eso se dio más importancia a la droga.
P. ¿Qué opina de que justo el 15 de octubre cuando comparecen mandos de la Guardia Civil ante la comisión del 11-M un guardia escuche esa cinta?
R. Es muy curioso, sí. El guardia civil la encuentra un año antes en el cuartel tirada en el suelo. Es muy raro cómo apareció tirada en el patio del cuartel de Cancienes, y luego es muy raro que no escuchara la cinta, cuando ponía Campillo [Jesús Campillo, guardia civil] a bolígrafo. Y que tardara un año en escucharla y justo la va a escuchar el 15 de octubre.
P. ¿Esa cinta fue escuchada antes en un despacho que asesora a guardias expedientados?
R. Sí, eso parece ser que es así. Un guardia civil expedientado de Vegadeo. Alguien le hizo llegar una copia y se escuchó en un despacho de abogados. Por eso digo que no se sabe cuántas copias se han hecho de la cinta y quién ha sido.