FORO DE DAVOS

Lula pide democratizar la ONU para evitar "decisiones unilaterales"

El presidente de Brasil describe dos años triunfalistas de mandato

En un discurso triunfalista sobre sus dos años de mandato, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, insistió ayer en que es necesario incorporar nuevos países al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, entre ellos el suyo, con el fin de "democratizar la ONU para evitar decisiones unilaterales como Irak". Lula y seis ministros que le acompañan en Davos se reúnen hoy con inversores extranjeros para vender las bondades de la economía brasileña.

Alcanzar mayores tasas de crecimiento es vital para sus planes de optar a la reelección en 2006.

Cuando Lula visita Davos -ésta ...

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En un discurso triunfalista sobre sus dos años de mandato, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, insistió ayer en que es necesario incorporar nuevos países al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, entre ellos el suyo, con el fin de "democratizar la ONU para evitar decisiones unilaterales como Irak". Lula y seis ministros que le acompañan en Davos se reúnen hoy con inversores extranjeros para vender las bondades de la economía brasileña.

Alcanzar mayores tasas de crecimiento es vital para sus planes de optar a la reelección en 2006.

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Cuando Lula visita Davos -ésta es la segunda vez desde en enero de 2003, nada más asumir la presidencia- se desencadena un huracán mediático y de público. Es el único que consigue competir con éxito con las estrellas de Hollywood que este año atrapan las miradas y generan profundos suspiros entre los participantes. Las ideas de Lula son expuestas con una sencillez que muchos sindicalistas ya quisieran para sí mismos. "El hambre no sólo afecta a los que no tienen comida; también tiene efectos sobre los que están comiendo", dijo el presidente brasileño en un coloquio con Gordon Brown, el ministro de Hacienda británico, y expertos que se regocijan al oírle, como el economista Jeffrey Sachs.

Brown, que junto con el primer ministro británico, Tony Blair, impulsa la solidaridad con África a través del perdón de la deuda exterior de los países más pobres, sigue las palabras de Lula con respeto. "Estamos hablando todos muy rápido. He traído un documento, pero no lo voy a leer. Parémonos un minuto. Durante el siglo pasado las diferencias entre los países ricos y los países pobres se han ampliado. Si es tan difícil ponerse de acuerdo para eliminar los subsidios que protegen a los países ricos, ¿cómo vamos a acordar un plan contra la pobreza?", se preguntó.

Schröder y Zapatero

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Lula lanzó en Davos una campaña contra la pobreza mundial en 2003. Logró enseguida el apoyo del presidente francés, Jacques Chirac, quien invitó a Lula y a otros once países pobres a la cumbre del G-8 (EE UU, Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, mas Rusia) celebrada en Evian, en junio de 2003. Esa idea cuenta ahora con el respaldo del canciller alemán, Gerhard Schröder, y del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

Tanto Lula como Chirac están actuando en Davos como si el Reino Unido, que será sede del G-8 en junio próximo, estuviera robando sus planes. Blair, por su parte, esta usando la plataforma de la pobreza para cohesionar al Partido Laborista tras su candidatura a un tercer mandato en las elecciones generales de mayo próximo.

Tras el coloquio, Lula se quedo solo ante el público, formado por una mayoría de expertos que se había mostrado muy escéptico ante las perspectivas de un gobierno de izquierdas en Brasilia. Según explicó, su sueño se cumplirá al acabar su primer mandato. Es el sueño de que ningún ciudadano brasileño, insistió Lula, se quede sin desayunar, almorzar y cenar. "Y con este sueño cumplido me puedo morir en paz", dijo. Preguntado sobre el deseo de Brasil de ingresar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Lula señaló que "con la democratización de la ONU no tendremos decisiones unilaterales como la de Irak".

El gran desafío de Lula, tras disipar las dudas y temores de la comunidad financiera internacional -que apostó contra la moneda brasileña, el real, en los meses que precedieron a las elecciones presidenciales de 2002- es el de mitigar en los dos últimos años de su mandato las desigualdades. La economía brasileña esta despegando con tasas de crecimiento que se sitúan en el 5,2%, pero son todavía insuficientes para una reducción significativa del desempleo. El problema: con tipos de interés del 12%, orientados a combatir la inflación, se hace difícil remontar el vuelo que Brasil necesita. El sector exterior, que debía ser el motor de la economía, encuentra obstáculos en el proteccionismo de EE UU y la Unión Europea.

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