Tribuna:

¿Es posible el cara a cara?

Sólo entre 2003 y 2004, el INE (Directorio Central de Empresas) ha contabilizado en España la reducción neta (altas menos bajas) de 1.248 empresas de los sectores de textil, confección, cuero, calzado y madera, de las cuales el 32% se ubica en la Comunidad Valenciana. En el extremo opuesto, el aumento neto del número total de empresas en el territorio valenciano se ha intensificado en 15.762, de las cuales el 34% responde a las nuevas iniciativas surgidas en el binomio construcción-inmobiliario. El reflejo económico de la actividad constructora -sin inclusión de los servicios inmobiliarios, pa...

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Sólo entre 2003 y 2004, el INE (Directorio Central de Empresas) ha contabilizado en España la reducción neta (altas menos bajas) de 1.248 empresas de los sectores de textil, confección, cuero, calzado y madera, de las cuales el 32% se ubica en la Comunidad Valenciana. En el extremo opuesto, el aumento neto del número total de empresas en el territorio valenciano se ha intensificado en 15.762, de las cuales el 34% responde a las nuevas iniciativas surgidas en el binomio construcción-inmobiliario. El reflejo económico de la actividad constructora -sin inclusión de los servicios inmobiliarios, para los que no se dispone de información actualizada- puede evaluarse atendiendo al valor añadido que ha aportado al PIB valenciano. Sólo entre 1995 y 2003 tal valor ha progresado cerca del 70%, frente al 13% del sector industrial (ambos en valores constantes). Las implicaciones de esta dualidad ya se señalaron en este mismo diario (Las dos caras de la economía valenciana, EL PAÍS, 19 de diciembre de 2004). Pero, por las razones prácticas entonces expresadas, es necesario buscar espacios de encuentro entre los dos modelos valencianos de crecimiento que responden a las denominaciones allí utilizadas de productivista y especulativo, respectivamente.

Entre ambos modelos se oponen cuatro fronteras básicas:

a) La ideológica: mientras que el modelo productivista se fundamenta básicamente sobre el trabajo, la reinversión de los beneficios empresariales y los objetivos a largo plazo, el modelo especulativo se sustenta sobre un recurso en sí mismo escaso (el suelo), la paralización temporal improductiva del capital invertido en el mismo y la consecución de rápidos beneficios a corto plazo, sin que la empresa asuma más que un papel instrumental para lograr este objetivo.

b) La económica, esto es: el modelo productivista lucha en un mercado abierto, mientras que el especulativo se refugia en la opacidad y la distribución desigual de la información relevante; características que contribuyen al establecimiento de una relación de precios desequilibrada, que empobrece al primero en beneficio del segundo.

c) La medioambiental: el modelo especulativo es extensivo en el uso del suelo, con una ocupación permanente que, salvo en el muy largo plazo, impide las reconversiones de su uso. El modelo productivista, en cambio, admite localizaciones alternativas mucho más flexibles y, en general, sus efectos sobre el medio ambiente están regulados por normas crecientemente severas.

d) La incidencia sobre la convergencia económica con Europa: el modelo productivista tiende a intensificar la productividad del conjunto de la economía, genera empleo de superior retribución y se encuentra más atento al empleo intensivo del conocimiento como factor competitivo. El modelo especulativo se ciñe, en general, a empleo de menor cualificación, peor retribuido (salvo en las etapas de mayor crecimiento) y con menor demanda de I+D e innovación tecnológica.

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Para aproximar ambos modelos conviene acortar la altura de tales barreras. La cuestión fundamental es si el modelo especulativo está dispuesto a considerar una visión rentable continua en el tiempo, en lugar de apostar por episodios cíclicos, explosivos en su vértice y desfallecidos en su punto más bajo. Si el suelo es un recurso escaso y la localización y el clima dos factores permanentes, su actual forma de utilizarlo no parece prudente. La Comunidad Valenciana constituye una parcela privilegiada en el enorme latifundio de la Europa continental. Pese a ello, se transforma alegremente, ahuyentando alternativas capaces de aportar una mayor certeza de rentabilidad permanente por unidad de superficie para propietarios, promotores y gran parte de los ciudadanos. Pese a ello, existen algunas opciones para intentar abordar una nueva vía:

a) Perseguir que el conocimiento internacional se localice en la Comunidad Valenciana, como fuerza equilibradora, frente a la deslocalización del trabajo que afecta a los sectores tradicionales. La presencia de las tecnologías de la información y el conocimiento permiten que se amplíe la facilidad de traslación, a entornos climáticos más atractivos, de aquellos profesionales que desempeñan su labor en diversos campos: desarrollo de software, canales temáticos de TV, diseño de productos y proyectos, a los que se suman los asociados a la creatividad artística y literaria. El punto fuerte para la atracción de tales profesionales reside en que las actividades vinculadas a las TIC se han desarrollado, con formidable intensidad, en los países nórdicos cuyos ciudadanos, a su vez, pueden estar más interesados en gozar del clima valenciano. La atracción de este tipo de profesionales exige, sin embargo, algunos requisitos: buenas comunicaciones aéreas, infraestructuras de telecomunicaciones y un entorno medioambiental exquisito. En contrapartida, la capacidad adquisitiva es mayor, su implantación estimula el desarrollo de servicios avanzados y la edad de esta población reduce la demanda de servicios públicos costosos como la sanidad o los servicios sociales.

b) Un denso contenido en tecnología y diseño de la construcción. La vivienda se puede producir como un clon indiferenciado o con criterios que sumen la sostenibilidad medioambiental, la demótica, los nuevos materiales, la utilización en los interiores de productos para el hogar que cuentan en la Comunidad Valenciana con una extensa presencia. Se puede aspirar a un estilo valenciano de vivienda. Definir conceptos integrados de vivienda-moda constituye un terreno donde queda un buen trecho por recorrer.

c) Parte de la segunda residencia del litoral se encuentra infrautilizada, provocando una estacionalidad doblemente negativa: conduce a que, de un patrimonio inmobiliario de decenas de miles de millones de euros, apenas se obtenga rendimiento durante cuatro meses al año. La estacionalidad incita, además, un bajo nivel de profesionalidad y la escalada de precios. La inclusión de estas viviendas en programas públicos de rehabilitación facilitaría su adaptación como vivienda habitual, siempre que el promotor aceptara su explotación en alquiler. La transformación de zonas del litoral, moribundas entre octubre y mayo, en pueblos vivos, permitiría reducir la ocupación de nuevo suelo, ampliar el estrecho mercado de alquileres y aportar un horizonte de estabilidad a las empresas de servicios.

d) La ampliación del número de visitantes turísticos puede conseguirse por otras vías. Los nuevos buques conducen a que resulte atractivo desplazarse desde Ibiza a la Comunidad Valenciana regresando la misma jornada a la isla pitiusa. Con los avances tecnológicos las posibilidades de estas lanzaderas marítimas se amplían, sumándose a las oportunidades de los deportes náuticos.

Los anteriores son ejemplos de que se puede invertir de otro modo en el mismo tipo de negocio. Son opciones para aproximarse al modelo productivista, porque los recursos naturales se advierten como medio para obtener beneficios, siendo los correspondientes empresarios quienes apuestan por su conservación, frente al modelo especulativo para el que tales recursos son un fin en sí mismo y, en consecuencia, sometidos a las mismas reglas que los productos de usar y tirar.

Manuel López Estornell es economista.

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