Crítica:ESTRENO | 'Madame Brouette'

Curiosidad africana

Los códigos del cine comercial americano arrasan incluso en Senegal. Madame Brouette, coproducción ambientada en Dakar y dirigida por un artista (pintor, dramaturgo, realizador) senegalés llamado Moussa Sene Bassa, tiene todas las señas de identidad de cualquier thriller policiaco de corte social realizado en un país del primer mundo cinematográfico. La estructura está basada en largos flash-backs que poco a poco revelan los motivos por los que una mujer acaba a tiros con su marido policía en presencia de su hija. El montaje es ágil. La música tiene una importancia primord...

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Los códigos del cine comercial americano arrasan incluso en Senegal. Madame Brouette, coproducción ambientada en Dakar y dirigida por un artista (pintor, dramaturgo, realizador) senegalés llamado Moussa Sene Bassa, tiene todas las señas de identidad de cualquier thriller policiaco de corte social realizado en un país del primer mundo cinematográfico. La estructura está basada en largos flash-backs que poco a poco revelan los motivos por los que una mujer acaba a tiros con su marido policía en presencia de su hija. El montaje es ágil. La música tiene una importancia primordial. Ciertos diálogos y personajes dan un respiro basado en la comedia. Hay un objetivo de denuncia social, pero sin que se interponga en ningún momento sobre el entretenimiento. Y, para colmo, la película está cargada de clichés. Parece una producción americana, a pesar de que los medios técnicos, evidentemente, están muy por debajo de su nivel.

MADAME BROUETTE

Dirección: Moussa Sene Absa. Intérpretes: Rokhaya Nang, Aboubacar Sadikh Bâ, Kadiatou Sy, Ndèye Sénéba Seck. Género: drama. Senegal, Francia, Canadá, 2003. Duración: 106 minutos.

Más información

Primera cinta estrenada en España por una nueva distribuidora especializada en productos que no suelen tener cabida en las salas de nuestro país, Madame Brouette arremete contra la corrupción policial y burocrática de Senegal, contra la intromisión de ciertos medios de comunicación en el drama ajeno y, sobre todo, contra el machismo imperante y los malos tratos a la mujer. Sin embargo, estos elementos conviven bastante mal con los pretendidos toques de humor (¡ese agente de policía con gabardina llamado Colombo!) y con un batiburrillo de géneros e influencias difícilmente asimilables. De modo que hay que verla simplemente como una curiosidad y como una extraña muestra de globalización cinematográfica.

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