Bush reconoce que no se podrá votar en cuatro provincias de Irak

Rumsfeld enviará a un general retirado para evaluar el plan militar

La Administración estadounidense insiste en que las elecciones previstas para el 30 de enero en Irak deben seguir adelante, a pesar de los continuos ataques de los insurgentes. "Quiero que todo el mundo vote", dijo ayer el presidente Bush, mientras asegura que 14 de las 18 provincias del país estarán en condiciones de organizar los comicios a tiempo, a pesar de que "los terroristas intenten evitar" que la gente se acerque a las urnas.

"Es una oportunidad para que expresen sus opiniones", señaló el presidente de EE UU en una rueda de prensa en la que aseguró que "en Irak se está introduc...

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La Administración estadounidense insiste en que las elecciones previstas para el 30 de enero en Irak deben seguir adelante, a pesar de los continuos ataques de los insurgentes. "Quiero que todo el mundo vote", dijo ayer el presidente Bush, mientras asegura que 14 de las 18 provincias del país estarán en condiciones de organizar los comicios a tiempo, a pesar de que "los terroristas intenten evitar" que la gente se acerque a las urnas.

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"Es una oportunidad para que expresen sus opiniones", señaló el presidente de EE UU en una rueda de prensa en la que aseguró que "en Irak se está introduciendo una nueva forma de vida" tras la tiranía del régimen de Sadam Husein. "Habrá elecciones el 30 de enero", reiteró Bush insistiendo en que será "un hecho histórico" y "una experiencia increíble de esperanza para los iraquíes".

Los ataques de la insurgencia, según la Casa Blanca, son la muestra de que hay un grupo de gente que "tiene miedo a la libertad". "Democracia es igual a paz, y eso es lo que está intentando conseguir esta Administración", aseguró Bush, "y la razón por la que están intentando evitar que la gente vaya a votar es porque entienden que las democracias están en el lado opuesto de sus creencias. Éstos son como los talibanes, como Osama Bin Laden", explicó.

El presidente comentó que, a pesar del recrudecimiento de los ataques de la resistencia que se están viendo estos días en Irak, "14 de las 18 provincias que componen el país están en relativa calma". Esta visión contrasta con las dudas que están empezando a plantear algunos países y miembros del Gobierno interino iraquí sobre la conveniencia de seguir adelante con la convocatoria de elecciones, ante el temor de que se desate una guerra civil.

Los partidos políticos suníes, entre tanto, hacen un llamamiento general al boicoteo de las elecciones. Bush se mostró comprensivo hacia la preocupación expresada por los suníes, pero alertó de que "si el mundo libre da un paso atrás y deja a esta gente seguir su camino, demostraremos que no somos capaces de apoyar la democracia en Irak y nunca corregiremos la raíz del terrorismo".

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Bush, para restar dramatismo a la situación, añadió que "si hace ocho meses hubiera dicho que habría elecciones en Irak, habrían tenido problemas para contener la risa frente al presidente". Pero la situación sobre el terreno es compleja, hasta el punto de que el Pentágono ha solicitado una revisión completa y urgente del dispositivo de seguridad en Irak, ante la preocupante escalada de la violencia.

El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, enviará a Irak al general retirado Gary Luck a evaluar la preparación de las fuerzas de seguridad iraquíes, sobre las que la Administración estadounidense había puesto sus esperanzas para hacer frente a los insurgentes y preparar la retirada de sus tropas. La resistencia está realizando ataques cada vez más complejos y está dificultando el objetivo de EE UU, que tiene desplegados en Irak más de 140.000 efectivos.

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