El canon del agua dispara las alarmas en las industrias química, papelera y textil

La patronal Aspapel estima que las empresas del sector reducirán al menos un 5% su beneficio

La industria catalana está que arde. Sobre todo la química, la papelera y la textil. Los sectores que más agua utilizan y consumen para producir, y que acaparan un tercio de los ingresos de explotación de toda la industria de Cataluña, hacen cuentas sobre el incremento de costes que deberán afrontar a raíz de los cambios introducidos en el canon del agua por el Gobierno de Pasqual Maragall. Las patronales de los tres sectores más afectados alertan de que Cataluña será menos competitiva para ubicar sus inversiones. Igual que Fomento del Trabajo y Pimec, acusan a la Generalitat de "disfrazar" el...

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La industria catalana está que arde. Sobre todo la química, la papelera y la textil. Los sectores que más agua utilizan y consumen para producir, y que acaparan un tercio de los ingresos de explotación de toda la industria de Cataluña, hacen cuentas sobre el incremento de costes que deberán afrontar a raíz de los cambios introducidos en el canon del agua por el Gobierno de Pasqual Maragall. Las patronales de los tres sectores más afectados alertan de que Cataluña será menos competitiva para ubicar sus inversiones. Igual que Fomento del Trabajo y Pimec, acusan a la Generalitat de "disfrazar" el canon del agua de "impuesto ecológico". "Que lo digan claro: estamos ante un impuesto que lo que grava es la actividad económica".

Los cálculos de los técnicos consultados acerca del impacto de los cambios en el canon del agua sobre los costes de las empresas industriales catalanas apuntan a que el incremento será de una media del 15% para el conjunto de empresas. Un técnico de una institución empresarial que pide no ser citado añade: "Si tenemos en cuenta que el peso del agua en el total de gastos, también en promedio, es sólo del 0,11%, un incremento del 15%, o incluso en los casos en que sea mayor, del 40% o el 50%, no es algo desproporcionado".

Pero las medias son, y más en este caso, engañosas. Los responsables de Medio Ambiente de la patronal Pimec estiman el impacto medio en los costes de las pequeñas y medianas empresas (pymes) "entre el 20% y el 22%, y eso si no eres contaminante. Si además contaminas, la subida de la factura puede ser del 30% o el 40%".

"Cada planta es un mundo, y lo primero que hay que saber es que la fiscalidad del agua [en la que hay que lidiar con coeficientes reductores, gravámenes generales y específicos, parámetros de contaminación y tramos diversos] es tan compleja que se necesita hacer un master", ironiza Javier Rodríguez, responsable de medio ambiente de la patronal papelera Aspapel. Esta asociación estima que el impacto directo en el resultado de las empresas del sector ubicadas en Cataluña será una merma del 5%.

Grandes consumidores

Si la comunidad catalana representa el 20% de toda la producción española de pasta y papel, su peso se duplica en número de plantas. La patronal de este sector explica que un centenar de estas plantas pueden clasificarse como "grandes consumidoras" de agua —más de 50.000 metros cúbicos de agua al año—, y esta categoría de "gran consumidor" es la que resulta particularmente afectada por los cambios legislativos que introduce la Generalitat. Por cada tonelada de papel que se fabrica, se requieren 10 metros cúbicos de agua. En algunos casos estimamos "impactos espectaculares", añade Rodríguez, sin desmentir que puedan superar subidas del 400%.

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Hasta ahora, explica Alba Cabañas, responsable de medio ambiente de la patronal Fomento del Trabajo, los grandes consumidores de agua disfrutaban de descuentos. Estas tarifas reducidas estaba previsto que desaparecieran en el plazo de una década, pero "sólo si no se podía demostrar que el agua se usaba de modo racional". Ahora no sólo se reduce este plazo a la mitad, sino que se elimina la posibilidad de demostrar que una empresa realiza un uso racional del agua. "Es voracidad recaudatoria, y es no distinguir entre quién derrocha agua y quién se esfuerza para hacer un uso racional y justificado", subraya Cabañas.

"Es una injusticia, en 10 años hemos reducido a la mitad el agua que se usa por cada tonelada de plástico", lamenta Francisco Belil, presidente de la patronal química Feique y consejero delegado de Bayer en España. La industria química, que en un 48% está ubicada en Cataluña, consume el 9,2% de toda el agua (la industria consume globalmente el 32,8%).A juicio de Belil, en época de deslocalizaciones Cataluña debería "mimar una industria de futuro y puntera como la química, que aporta estabilidad y reducción de costes por la constancia en el consumo del agua y que ya ha soportado otros costes", como el trasvase de agua a Tarragona. "La competitividad de Cataluña se verá perjudicada porque el coste del agua, que en Tarragona es hasta 15 veces más cara que en Alemania o Bélgica, influye en las inversiones", añade. Feique estima en el 20% la subida de costes media para el sector.

Los empresarios insisten en que la fiscalidad aumenta por las renqueantes cuentas de la Agencia Catalana del Agua, de Medio Ambiente y con unos 870 millones de euros de deuda, según los datos presentados al Parlament en mayo, y no porque se contamine más.

Discrepancias en el Gobierno

Que la industria catalana acabe pagando por algunos platos rotos en las cuentas de la Generalitat dispara algunas advertencias de los papeleros. Un industrial de este sector comenta que en España se prevé invertir 1.200 millones de euros para producir 1,4 millones de toneladas de papel, de las que sólo 76.000 toneladas se fabricarán en Cataluña. "Ocurre en buena parte por falta de suelo industrial, pero el coste del agua influye", dice. Aunque en voz baja, empresarios afectados sugieren discrepancias entre Medio Ambiente (ICV) e Industria y Economía (PSC).

En el sector textil, que en menos de un mes deberá encajar una traumática liberalización internacional -que de acuerdo con los cálculos del Observatorio Textil puede llevarse por delante más de 75.000 empleos-, cualquier factor nuevo que influya negativamente es la gota que colma el vaso. "No es un problema generalizado para el sector, sino que afecta sobre todo al segmento de acabados que tiñen y estampan", explica Joan Canals, vicepresidente de la patronal española. Canals confía en que Industria impulse una solución.

A esa pregunta, en Trabajo e Industria se responde abiertamente que "no puede penalizarse el consumo por el consumo, otra cosa es el derroche", y se sugiere que este departamento y también Economía están detrás de una enmienda a la ley de acompañamiento que plasma esta posición.

Portavoces de Economía declinaron explicar si este departamento puede impulsar algún tipo de enmienda que palíe el problema que se avecina para algunas de estas industrias. Hasta ahora, el consejero Antoni Castells ha enfatizado que el tramo más gravoso del canon sólo "se dejará notar entre el 5% y el 6% de los consumidores".

No es el incremento del gravamen por contaminación -se grava la contaminación y el consumo- lo que inquieta a la industria. La subida por los cambios nuevos en tres de los parámetros ligados a la contaminación que se miden para calcular cuánto se paga (nitrógeno, fósforo y sal soluble) es del 25%. Lo que inquieta es el gravamen sobre el consumo, que puede ser del 10% o hasta del 1.000%.

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