Legazpi abrirá un museo de historia del hierro

Situada prácticamente en el centro de las capitales vascas, la localidad guipuzcoana de Legazpi se prepara para abrir en mayo de 2005 las puertas del Museo del Hierro Vasco. El centro recorrerá la historia de este mineral en Euskadi y su relación con el hombre y la naturaleza desde el siglo XI, época en que se obtenía el metal en las haizeolas o ferrerías de viento, hasta el siglo XIX, cuando cerraron las últimas instalaciones preindustriales.

El museo está impulsado por la Fundación Lenbur, que trabaja en la recuperación del patrimonio industrial, cultural y natural de Legazpi, ...

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Situada prácticamente en el centro de las capitales vascas, la localidad guipuzcoana de Legazpi se prepara para abrir en mayo de 2005 las puertas del Museo del Hierro Vasco. El centro recorrerá la historia de este mineral en Euskadi y su relación con el hombre y la naturaleza desde el siglo XI, época en que se obtenía el metal en las haizeolas o ferrerías de viento, hasta el siglo XIX, cuando cerraron las últimas instalaciones preindustriales.

El museo está impulsado por la Fundación Lenbur, que trabaja en la recuperación del patrimonio industrial, cultural y natural de Legazpi, cuya vida está ligada al hierro. No es de extrañar, por tanto, el lugar elegido para ubicar su nuevo proyecto: el parque de Mirandaola. Allí está la reconstrucción de la antigua ferrería hidráulica del mismo nombre, donde ferrones del siglo XXI recrean ante los visitantes cómo se trabajaba el hierro en el siglo XIV. Y allí se encuentra también el viejo taller de Fundiciones San Miguel, que es precisamente la nave industrial donde se está dando forma al Museo del Hierro Vasco.

Fiel a su filosofía, Lenbur ha respetado al máximo el ambiente fabril del edificio: la estructura, las ventanas, algunos hornos, un peso, una grúa puente... "Aunque no tengan que ver con la preindustrialización del hierro, nos parecía importante mantener estos elementos", subraya el director de la fundación, Aurelio González. Así que esos elementos convivirán con los paneles, ordenadores, audiovisuales, maquetas y demás material.

"No va a ser el típico museo peñazo de leer y leer textos. Gracias al uso de las nuevas tecnologías, será muy interactivo y ameno. Nuestro objetivo es que la gente salga con la sensación de que se lo ha pasado bien y, encima, se lleva conocimientos", apunta González. El público podrá conocer, por ejemplo, cómo cambió el paisaje con la actividad de las ferrerías, que obligó a talar árboles, cambiar el curso de ríos y construir presas. Y verá, porque se expondrán, algunos de los objetos que se moldearon con el hierro salido de esas ferrerías, como los útiles de labranza o los instrumentos de cocina.

El museo costará 1,5 millones de euros, que procederán de los fondos Feder, así como del Gobierno vasco y la propia Fundación Lenbur.

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