UNA NOBEL A CONTRACORRIENTE

Una literatura bien traducida al español

LA PRESENCIA de autores austriacos en las editoriales españolas siempre ha sido importante, debido al peso de las grandes figuras de las letras alemanas de la primera mitad del siglo XX como Arthur Schnitzler, Hugo von Hofmannsthal, Rainer Maria Rilke, Hermann Broch, Joseph Roth y Robert Musil. Al lado de estos consagrados, se han ido descubriendo otros largamente olvidados. El bohemio Ernst Weiss, con su impactante análisis psicológico del auge de Hitler: El testigo ocular (Siruela) y una deliciosa novela amorosa, Jarmila (Minúscula); Veza Canetti, na...

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LA PRESENCIA de autores austriacos en las editoriales españolas siempre ha sido importante, debido al peso de las grandes figuras de las letras alemanas de la primera mitad del siglo XX como Arthur Schnitzler, Hugo von Hofmannsthal, Rainer Maria Rilke, Hermann Broch, Joseph Roth y Robert Musil. Al lado de estos consagrados, se han ido descubriendo otros largamente olvidados. El bohemio Ernst Weiss, con su impactante análisis psicológico del auge de Hitler: El testigo ocular (Siruela) y una deliciosa novela amorosa, Jarmila (Minúscula); Veza Canetti, narradora injustamente ensombrecida por la fama de su marido, con Las Tortugas (Seix Barral); Franz Werfel, con uno de sus mejores relatos, La muerte del pequeño burgués (Igitur), y su apasionado novelón sobre el genocidio armenio, Los cuarenta días del Musa Dagh (Losada).

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Sobre la literatura de la posguerra, los años 2003 y 2004 han sido prolijos, en particular en lo relativo a los monstruos sagrados Elias Canetti, Paul Celan, Ingeborg Bachmann y Thomas Bernhard. E igualmente para algunos de los grandes desconocidos: la poeta Ilse Aichinger con su fábula onírica sobre la persecución de unos niños judíos en la Viena fascista, La esperanza más grande (Minúscula), ha sido un descubrimiento feliz, lo mismo que La puerta secreta (Siruela) de Marlen Haushofer o la novela antirrural del malogrado Franz Innerhofer, Días Hermosos (Losada).

En cuanto a la narrativa actual, Peter Handke, el autor austriaco más internacional, que entre ensayos, traducciones, teatro y narrativa cada año entrega con regularidad un libro, ha recuperado con Don Juan, erzählt von ihm selbst (Don Juan, contado por él mismo, Suhrkamp, 2004) el entusiasmo unánime de la crítica. Mientras se espera la versión española, conviene atenerse a su espléndido opus magnum reciente, ya que, tanto por el tono distendido e irónico como por el leitmotiv amoroso, bien podría ser un episodio tomado de La pérdida de la imagen o Por la sierra de Gredos (Alianza, 2003). Ya está traducida la última novela de Erich Hackl, La boda en Auschwitz (Destino), un relato denunciatorio basado en hechos reales, en la línea de Adiós a Sidonie (Pre-Textos). Con un arranque temático afín, la actual pervivencia del pasado nazi, Robert Menasse enlaza la dramática genealogía de una familia sefardita a lo largo de la historia europea en La expulsión del infierno (Alianza). Norbert Gstrein indaga en Los años ingleses (Tusquets) el destino de los judíos refugiados en Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial. De la misma generación acaba de publicarse de Josef Winkler Cuando llegue el momento (Galaxia), un estremecedor retablo mortuorio del campo austriaco, que se completa con su elegía romana, Natura morta (Galaxia, 2002) y próximamente con Cementerio de las naranjas amargas.

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