Declarados culpables de violación seis descendientes de la tripulación de la 'Bounty'

Seis de los siete acusados por violación y abuso de menores en la isla Pitcairn, en el Pacífico Sur, fueron declarados ayer culpables por un tribunal del Reino Unido. Los acusados -como muchos de los 47 habitantes de esta isla de cinco kilómetros cuadrados en la que ondea la bandera británica pero circula la moneda neozelandesa-, son descendientes de la tripulación del velero Bounty, que llegó a las costas de Pitcairn en 1790 tras sufrir un motín.

Dos de los encausados aseguraron que desde el siglo XVIII la práctica del sexo con menores es habitual en la isla. Sin embargo, las ví...

Seis de los siete acusados por violación y abuso de menores en la isla Pitcairn, en el Pacífico Sur, fueron declarados ayer culpables por un tribunal del Reino Unido. Los acusados -como muchos de los 47 habitantes de esta isla de cinco kilómetros cuadrados en la que ondea la bandera británica pero circula la moneda neozelandesa-, son descendientes de la tripulación del velero Bounty, que llegó a las costas de Pitcairn en 1790 tras sufrir un motín.

Dos de los encausados aseguraron que desde el siglo XVIII la práctica del sexo con menores es habitual en la isla. Sin embargo, las víctimas -que ya son mayores de edad- declararon desde la vecina Nueva Zelanda, a través de video conferencia, que habían sido tratadas como "objetos sexuales" a la edad de 12 años.

"Este veredicto manda un claro mensaje: que el abuso de menores es inaceptable en cualquier cultura y en cualquier lugar, incluso en la isla de Pitcairn", declaró a la televisión pública neozelandesa un oficial de la policía británica destacado en la isla. La sentencia se hará pública a lo largo de esta semana, pero los acusados no serán enviados a prisión hasta que se resuelva la duda, que dura desde 1790, de si el Reino Unido tiene jurisdicción sobre la isla.

Casi todos los acusados son descendientes del capitán de la Bounty, Fletcher Christian, que dirigió el motín. Los habitantes de la isla temen que su comunidad no sobreviva si los acusados son encarcelados, pues ellos poseen los barcos con los que se abastece la población.