OPINIÓN DEL LECTOR

Una OPE hostil

Hace ya más de dos años que se llevó a cabo la Oferta Pública de Empleo (OPE) que tenía como objetivo dar una solución a la inestabilidad laboral en que se encuentran miles de médicos, cerrando una etapa que ha durado años, en la que no ha habido oposiciones y, por tanto, tampoco se ha dado estabilidad a miles médicos.

La decisión de llevar a cabo esta OPE parte de despachos lejanos a nuestra Comunidad, que ha casi obligado a que se lleve a cabo también en Andalucía. Hay datos que permiten hacer esta afirmación.

La OPE levantó en su día muchas expectativas.

En primer lugar...

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Hace ya más de dos años que se llevó a cabo la Oferta Pública de Empleo (OPE) que tenía como objetivo dar una solución a la inestabilidad laboral en que se encuentran miles de médicos, cerrando una etapa que ha durado años, en la que no ha habido oposiciones y, por tanto, tampoco se ha dado estabilidad a miles médicos.

La decisión de llevar a cabo esta OPE parte de despachos lejanos a nuestra Comunidad, que ha casi obligado a que se lleve a cabo también en Andalucía. Hay datos que permiten hacer esta afirmación.

La OPE levantó en su día muchas expectativas.

En primer lugar, llama la atención el tiempo que ha pasado desde que se anunció la OPE, hasta hoy. No sólo debería ir más avanzado sino que debería estar resuelto. Pero no sólo no es así, sino que los comentarios transmiten la impresión de que se retardará aún mucho tiempo.

Cada día que pasa hay nuevos plazos, que se van alargando y nuevos anuncios de medidas que se harán públicas acerca del número de puestos de trabajo, de cómo, de donde estarán y quienes llevarán a cabo las entrevistas pendientes, antes de la adjudicación definitiva de esas plazas.

Mientras hay algunas cosas: sobre las llamadas comisiones de servicio, se están produciendo traslados encubiertos y resolviendo situaciones que no se pueden mantener por más tiempo, con otras medidas de carácter provisional; en Córdoba ciudad, las plazas que parecen últimamente para ser ocupadas en el proceso de los Dispositivos de Cuidados Críticos y Urgencias, han desaparecido, o al menos eso es lo que se dice a los que están en las mesas de negociación.

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Hace falta una bocanada de aire que apague la vela que tan mal alumbra los deseos, esperanzas y expectativas de tantos que ocupan un lugar de trabajo en precario durante tantos años y solucionen lo que no sólo es de justicia, sino que repercutirá en la estabilidad y equilibrio personal y laboral de los implicados y, por supuesto, en el servicio público tan importante que se presta.

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