Los comerciantes reclaman que la calle de Nou de la Rambla sea peatonal para impulsar la zona

El Ayuntamiento de Barcelona decidirá tras realizar un estudio de movilidad del Raval

Los comerciantes del Raval han pedido al Ayuntamiento que convierta en peatonal la calle Nou de la Rambla de Barcelona, que enlaza el Paral.lel y la Rambla. "Esta zona necesita un impulso y si Nou de la Rambla no funciona tampoco funcionará el entorno", afirma Enric Sánchez, presidente del eje comercial del Raval, que agrupa a 600 comercios. Sánchez dice que la conversión en peatonal de la calle podría empezar por la parte más cercana a la Rambla. "Desde la avenida de Drassanes a la Rambla, ya hay poca circulación y no perjudicaría a nadie", recalca.

El Ayuntamiento afirma que ha tomado...

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Los comerciantes del Raval han pedido al Ayuntamiento que convierta en peatonal la calle Nou de la Rambla de Barcelona, que enlaza el Paral.lel y la Rambla. "Esta zona necesita un impulso y si Nou de la Rambla no funciona tampoco funcionará el entorno", afirma Enric Sánchez, presidente del eje comercial del Raval, que agrupa a 600 comercios. Sánchez dice que la conversión en peatonal de la calle podría empezar por la parte más cercana a la Rambla. "Desde la avenida de Drassanes a la Rambla, ya hay poca circulación y no perjudicaría a nadie", recalca.

El Ayuntamiento afirma que ha tomado nota de la demanda de los comerciantes, pero no se compromete a nada. "Haremos un estudio previo de tráfico y movilidad de toda la zona y en función del resultado se decidirá", afirma el gerente del distrito de Ciutat Vella, Jordi Parayre.

La vicepresidenta de la Fundación Tot Raval, Nuria Aparicio, recalca que hay que avanzar en la conversión en peatonal de todo el Raval, sobre todo, de la parte sur. La fundación la forman comerciantes y entidades del barrio. "Hay un compromiso verbal por parte del Ayuntamiento de estudiar la reducción del tráfico en la calle de Nou de la Rambla. Falta por ver si se hace por horas, por días o totalmente", agrega Aparicio.

Degradación

La calle de Nou de la Rambla ha sufrido un proceso de degradación. Pero mantiene un tejido de 150 tiendas de todo tipo, desde zapaterías a comercios de ropa, droguerías, pastelerías y supermercados. Allí se proyectan ahora edificios en viejos solares. Los comerciantes tenían miedo de que el derribo de casas diera paso a zonas ajardinadas que rompieran la trama comercial. Pero el Ayuntamiento ya ha decidido que el solar que hace esquina con la calle del Estel no sea un jardín sino bloques de pisos y oficinas.

El Raval presenta ahora dos caras distintas. La zona norte ya tiene un buen puñado de calles peatonales o donde la entrada de coches está limitada: Tallers, Bonsuccés, Elisabets, Montalegre y Valdonzella, entre otras. En cambio, la conversión en peatonal de la parte sur avanza a menor velocidad. El distrito de Ciutat Vella, que dirige el concejal Carles Martí, ya ha decidido reducir el tráfico total o parcialmente en otras calles del barrio antes de 2007: Guifré, Notariat, Junta de Comerç y Cardona.

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La calle de Nou de la Rambla se abrió en 1788 por iniciativa del entonces capitán general de Cataluña, Francisco González de Bassecourt, conde del Asalto, de donde viene el primer nombre de la vía. Pero popularmente se la conocía como Nou de la Rambla, un nombre que fue reconocido durante la Segunda República y nuevamente desde 1979, el año en que surgieron los nuevos ayuntamientos democráticos.

En la calle han convivido desde el centenario teatro Arnau, hoy cerrado, bares históricos como el London y pastelerías también centenarias como la Pujol, junto a los nuevos negocios regentados en gran parte por inmigrantes. El teatro Arnau está cerrado desde hace cuatro años. Hace tres semanas los dueños del teatro han procedido a limpiar y adecentar el edificio, dice un representante de la propiedad. En la otra punta de la calle, casi tocando a la Rambla, está el Palau Güell, construido en 1885 y 1889 por Antoni Gaudí para Eusebi Güell, uno de los más ricos industriales de la época. El palacio, propiedad de la Diputación de Barcelona, recibe 150.000 visitantes al año y acaba de cerrar unos meses para ser reformado.

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