El pulso de Greenspan

Ésta es la tercera vez que Alan Greenspan mueve los tipos en los meses previos a las elecciones presidenciales desde que tomó las riendas de la Reserva Federal en 1987, durante la etapa de Ronald Reagan.

Al padre del actual presidente Bush le bajó los tipos de interés dos veces casi consecutivas entre julio y septiembre de 1992, pasando el precio del dinero del 3,75% al 3%. Bush pidió un poco más, pero Greenspan no le dio el gusto. Cuando Bill Clinton llegó al poder en 1993, la Reserva Federal mantuvo los tipos inalterables durante un año para apuntalar una recuperación económica que ya...

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Ésta es la tercera vez que Alan Greenspan mueve los tipos en los meses previos a las elecciones presidenciales desde que tomó las riendas de la Reserva Federal en 1987, durante la etapa de Ronald Reagan.

Al padre del actual presidente Bush le bajó los tipos de interés dos veces casi consecutivas entre julio y septiembre de 1992, pasando el precio del dinero del 3,75% al 3%. Bush pidió un poco más, pero Greenspan no le dio el gusto. Cuando Bill Clinton llegó al poder en 1993, la Reserva Federal mantuvo los tipos inalterables durante un año para apuntalar una recuperación económica que ya había empezado a principios de los noventa, tras dejar atrás la segunda crisis petrolera.

Al final del primer mandato de Clinton no hubo movimientos, pero ya al cierre del segundo mandato, en plena campaña electoral del Al Gore, entonces vicepresidente de Clinton, Greenspan volvió a tocar los tipos.

Al revés que en la ocasión anterior, la Reserva Federal subió los tipos debido a que Greenspan empezó a sospechar de un excesivo calentamiento de la economía. A principios de 2000, EE UU tenía unos tipos del 5,75% y terminó el año con un 6,50% tras dos subidas, una de un cuarto de punto en marzo y otra de medio punto en mayo.

Tras la llegada del actual presidente Bush a la Casa Blanca, coincidiendo primero con el fin de la burbuja tecnlógica y viviendo después los atentados del 11-S, la Reserva Federal comenzó a bajar los tipos hasta llegar al 1%. Ayer ratificó el cambio de rumbo en plena campaña.

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