OPINIÓN DEL LECTOR

Símbolos

Una pequeña excursión por los alrededores de Madrid realizada en la madrugada del pasado domingo me confirmó que los símbolos del franquismo todavía perviven, si bien, afortunadamente, se van desvaneciendo en la memoria de los que lo vivimos. Un ejemplo paradigmático es la lápida, cada vez más borrosa, pero aún existente, en uno de los muros que rodean la iglesia parroquial del pueblo de Brunete. En ella puede leerse esta perla que transcribo de memoria, aunque creo que con suficiente fidelidad: "En el Décimo Año Triunfal, el Frente de Juventudes renueva su juramento de servicio a Españ...

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Una pequeña excursión por los alrededores de Madrid realizada en la madrugada del pasado domingo me confirmó que los símbolos del franquismo todavía perviven, si bien, afortunadamente, se van desvaneciendo en la memoria de los que lo vivimos. Un ejemplo paradigmático es la lápida, cada vez más borrosa, pero aún existente, en uno de los muros que rodean la iglesia parroquial del pueblo de Brunete. En ella puede leerse esta perla que transcribo de memoria, aunque creo que con suficiente fidelidad: "En el Décimo Año Triunfal, el Frente de Juventudes renueva su juramento de servicio a España, fidelidad al Caudillo y hermandad en la Falange. Por el Imperio hacia Dios. Viva Franco. Arriba España".

Casualmente, a esa hora de la mañana (las 7.30, aproximadamente), los pájaros que pueblan los frondosos árboles en torno a la iglesia ensordecían con sus trinos en un canto intenso y armonioso que me pareció el mejor símbolo de vida y libertad.

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