El sobrecoste de la autopista Eibar-Vitoria se dispara 38 millones
Guipúzcoa y Álava confían en abrir los 46 kilómetros de carretera a finales de 2007
La autopista de peaje A-1 (Eibar-Vitoria), que empezó a construirse por Guipúzcoa a mediados de 1999, podría estar terminada dentro de tres años. Al término de las obras, las diputaciones de Guipúzcoa y de Álava, que costean la infraestructura, deberán hacer frente a un sobrecoste que ya se ha disparado 38 millones sobre el presupuesto inicial. Ayer se puso la primera piedra del tramo Eskoriatza-Arlabán, que une ambas provincias.
Las diputaciones presupuestaron una inversión global en la A-1 de 632 millones de euros, de los que 510 millones correspondían a Guipúzcoa, territorio por el q...
La autopista de peaje A-1 (Eibar-Vitoria), que empezó a construirse por Guipúzcoa a mediados de 1999, podría estar terminada dentro de tres años. Al término de las obras, las diputaciones de Guipúzcoa y de Álava, que costean la infraestructura, deberán hacer frente a un sobrecoste que ya se ha disparado 38 millones sobre el presupuesto inicial. Ayer se puso la primera piedra del tramo Eskoriatza-Arlabán, que une ambas provincias.
Las diputaciones presupuestaron una inversión global en la A-1 de 632 millones de euros, de los que 510 millones correspondían a Guipúzcoa, territorio por el que discurren 31,9 de los 46,2 kilómetros del vial. El resto -122 millones- iban a cuenta de Álava. Sin embargo, conforme se han redactado los proyectos constructivos y se han ido ejecutando las obras, el coste de esta importante infraestructura ha ido en aumento, hasta alcanzar ya los 670 millones, según el último cálculo facilitado ayer por ambas instituciones forales.
Álava ha visto incrementado el coste de su tramo (14,3 kilómetros prácticamente llanos) en algo más de 11 millones, que su departamento de Obras Públicas ha achacado al encarecimiento de las obras que se van a realizar en el túnel de Arlabán, que tendrá 3,3 kilómetros de longitud y será el más largo de Euskadi cuando esté construido. En Guipúzcoa, donde la orografía presenta muchas más dificultades técnicas para construir la autopista, la desviación del gasto supera ya los 26 millones.
En el lado guipuzcoano, donde los trabajos se encuemntran mucho más avanzados, ya está en servicio el trayecto entre Eibar y Bergara Sur, de 11,4 kilómetros de longitud, donde los conductores abonan un peaje de 0,08 euros por kilómetro. Sigue en obras el viaducto de Larreategi, que sufrió un desprendimiento parcial en enero del año pasado. La Diputación tuvo que habilitar una partida de dos millones para reparar este puente y confía en abrirlo en febrero de 2005, dos meses más tarde de lo previsto.
En julio del año que viene se podrá circular hasta Mondragón. El resto de la carretera hasta la unión con Álava no estará completa hasta finales de 2007.
En este plazo se construirá uno de los tramos más complicados de la A-1, los 10,4 kilómetros que separan Eskoriatza de Arlabán. Los diputados generales de Guipúzcoa y Álava, Joxe Joan Gonzalez de Txabarri y Ramón Rabanera, respectivamente, participaron ayer en la localidad guipuzcoana en la colocación de la primera priedra de este tramo, que incluye la construcción del túnel de Arlabán. La perforación permitirá salvar el monte del mismo nombre y acceder a través de la nueva autopista a la Llanada alavesa. Será la Diputación de Guipúzcoa la que asumirá todo el gasto de los trabajos (191,8 millones), aunque, una vez finalizada la obra, Álava le reintegrará algo más de 33 millones por la parte del túnel que entra en territorio alavés (un tercio de la longitud total).
Txabarri destacó durante el acto el "ejemplo claro de colaboración interinstitucional" que ha presidido las relaciones entre Guipúzcoa y Álava para llevar a cabo esta obra. Sin embargo, el edil socialista de Eskoriatza Iñaki Pierrugues acusó a la Diputación de esta provincia de "ningunear" los acuerdos plenarios del Ayuntamiento de la localidad y no aplicar medidas correctoras para atenuar los impactos ambientales de la autopista.