La UE estudia crear una fuerza de reacción con civiles y militares

Javier Solana, el Alto Representante de la Política Exterior de la Unión Europea, indicó ayer que la UE estudiará la creación de una Fuerza de Respuesta Rápida para la Seguridad Humana formada por 15.000 personas, de las cuales al menos un tercio deberían no ser militares, tal y como propone el informe Doctrina de Seguridad Humana para Europa que la London School of Economics (LSE) le entregó ayer en el Fórum de las Culturas de Barcelona.

La fuerza debería estar compuesta, sostiene el documento, por tropas militares y un amplio grupo de policías, médicos, expertos legales y espec...

Javier Solana, el Alto Representante de la Política Exterior de la Unión Europea, indicó ayer que la UE estudiará la creación de una Fuerza de Respuesta Rápida para la Seguridad Humana formada por 15.000 personas, de las cuales al menos un tercio deberían no ser militares, tal y como propone el informe Doctrina de Seguridad Humana para Europa que la London School of Economics (LSE) le entregó ayer en el Fórum de las Culturas de Barcelona.

La fuerza debería estar compuesta, sostiene el documento, por tropas militares y un amplio grupo de policías, médicos, expertos legales y especialistas en desarrollo humano. Solana hizo un llamamiento a las organizaciones no gubernamentales para que olviden sus prejuicios respecto al estamento militar y se avengan a participar en este tipo de misiones y aseguró que estaba de acuerdo con "la esencia del trabajo", aunque recordó que la UE ya tiene estrategias de seguridad y cooperación en las que participan militares y civiles conjuntamente.

El informe de la LSE -a partir de la Estrategia de Seguridad del Consejo Europeo de diciembre de 2003- propone crear una fuerza compuesta inicialmente por 15.000 personas que debería responder a las directrices pautadas desde Bruselas. "Además de estos efectivos, se precisaría un segundo nivel con 5.000 personas de alerta rápida que estén siempre en guardia y entrenándose, y otro grupo más de 10.000 hombres y mujeres que estén en un nivel inferior de alerta", explicó el antiguo comandante de la Kfor y colaborador del estudio, el general Klaus Reinhardt. Cualquier operación de despliegue debe estar bajo una autoridad, pero ésta debe ser lo más transparente posible y "deben ser tropas multilaterales dirigidas con un enfoque regional", según la directora del grupo de estudio sobre Capacidades de Seguridad de la LSE, Mary Kaldor.

Según Solana, la UE ya ha incorporado algunas ideas del informe tras las diversas reuniones que ha ido manteniendo en el último año con sus autores, al margen de que pronto "se discutirá en varias comisiones políticas". En todo caso, mantuvo, estos cuerpos ya existen, de modo que lo que se deberá plantear es si se constituyen con carácter permanente. "En Darfur hay un equipo civil y militar que trabaja con la Unión Africana, que asume el liderazgo de la acción", dijo.

Dificultades

Solana, sin embargo, apuntó una serie de dificultades para formar este cuerpo mixto , en concreto, el rechazo que produce entre los cooperantes civiles trrabajar con militares e instó a las organizaciones no gubernamentales a que abandonen "la mentalidad de que no es posible trabajar junto a los militares", de la misma forma que "los militares ya han empezado a hacerlo". A su juicio, es necesario que se cree una "confianza" y que las entidades no gubernamentales acepten que en toda operación humanitaria debe existir una jerarquía de mando.

Sobre la UE recae ahora toda la responsabilidad de contribuir a las misiones de paz, dijo Solana, ya que Estados Unidos no lo hará. "Ellos van a la guerra. Tienen un enfoque contrario a éste, así lo han reconocido y de hecho están retirando ya sus fuerzas de las operaciones de paz. Nos toca hacerlo, pues, a nosotros", dijo. Un papel, añadió, que puede tener mayor alcance que el que ha desempeñado la UE hasta ahora. "Debemos empezar a considerar que quizá tendremos que desempeñar un papel global", apostilló.