Batman, en Buckingham Palace
Jason Hatch, de 33 años, escaló ayer una de las verjas de entrada del palacio de Buckingham disfrazado de Batman y logró encaramarse al mismísimo palacio para pasmo de turistas y vergüenza de las fuerzas de seguridad. Allí pasó cinco horas, saludando al público desde una cornisa junto al balcón central al que se asoma la familia real en las grandes ocasiones. Hatch no es ningún terrorista. Tampoco sufre de un trastorno mental agudo ni está especialmente sometido a impulsos exhibicionistas.