Silbidos para todos

La Diada se abrió como cada año con la tradicional ofrenda floral ante el monumento a Rafael Casanova, a la que, por vez primera en los últimos 10 años, el Partido Popular (PP) se negó a asistir.

Como siempre, las decenas de nacionalistas que se congregan ante el monumento desde primera hora de la mañana dedicaron pitadas y abucheos a representantes de los partidos políticos, y a todos obsequiaron también con su insulto favorito, el de "¡Botifler!", en referencia a los catalanes que en 1714 se pusieron del lado de los Borbones y en contra de los Austrias en la Guerra de Sucesión.
...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La Diada se abrió como cada año con la tradicional ofrenda floral ante el monumento a Rafael Casanova, a la que, por vez primera en los últimos 10 años, el Partido Popular (PP) se negó a asistir.

Como siempre, las decenas de nacionalistas que se congregan ante el monumento desde primera hora de la mañana dedicaron pitadas y abucheos a representantes de los partidos políticos, y a todos obsequiaron también con su insulto favorito, el de "¡Botifler!", en referencia a los catalanes que en 1714 se pusieron del lado de los Borbones y en contra de los Austrias en la Guerra de Sucesión.

El Gobierno de la Generalitat en pleno, integrado por el PSC, ERC e ICV, fue la primera institución en comparecer y, por tanto, la primera en ser increpada al grito de "Maragall, español". Los pitos, no obstante, no se repartían equitativamente: a falta del PP, la delegación del PSC fue de las más abucheadas, mientras que CiU y ERC eran recibidos con pitos y aplausos. A Esquerra, tradicionalmente ovacionada, le reprochaban su pacto con el PSC.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En