Barcelona resistió bien el aguacero, aunque en El Prat fueron suspendidos 39 vuelos

Los bomberos realizaron más de 60 salidas y se inundaron dos carreteras de acceso a la capital

Por tercer día consecutivo, la lluvia volvió a asomar con intensidad en el litoral y el prelitoral de Barcelona y Tarragona. El fuerte aguacero obligó a suspender 39 vuelos en el aeropuerto de El Prat y al corte de carreteras de acceso a Barcelona, donde cayeron 31 litros por metro cuadrado en muy poco tiempo. Los bomberos barceloneses realizaron más de 60 salidas, sobre todo por inundaciones de bajos. El Ayuntamiento retiró la lona que protege las obras de restauración de la fachada de la catedral para evitar daños. En Vilanova i la Geltrú cayeron más de 60 litros por metro cuadrado.

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Por tercer día consecutivo, la lluvia volvió a asomar con intensidad en el litoral y el prelitoral de Barcelona y Tarragona. El fuerte aguacero obligó a suspender 39 vuelos en el aeropuerto de El Prat y al corte de carreteras de acceso a Barcelona, donde cayeron 31 litros por metro cuadrado en muy poco tiempo. Los bomberos barceloneses realizaron más de 60 salidas, sobre todo por inundaciones de bajos. El Ayuntamiento retiró la lona que protege las obras de restauración de la fachada de la catedral para evitar daños. En Vilanova i la Geltrú cayeron más de 60 litros por metro cuadrado.

El Ayuntamiento retiró la lona que protege la catedral de Barcelona para evitar daños

Más respetuosa que el año pasado con las vacaciones de muchos catalanes, la lluvia ha vuelto a descargar con fuerza en la primera semana de septiembre. Desde primeras horas de la madrugada hasta que empezó a remitir a media mañana, el temporal, que procedía del mar e iba acompañado de un importante aparato eléctrico, anegó ayer buena parte de la provincia de Barcelona y el norte de la de Tarragona, en especial el litoral y el prelitoral.

Si el pasado martes Cunit (Baix Penedès) fue la localidad que recibió más agua, Vilanova i la Geltrú (Garraf) encabezó ayer la lista de localidades en las que se produjeron las precipitaciones más intensas; cayeron 60 litros por metro cuadrado en dos horas, aunque llegó a acumular 26 litros en apenas media hora. Vacarisses, Terrassa (ambas en el Vallès Occidental) y Granollers (Vallès Oriental) recibieron 40. En la ciudad de Barcelona se contabilizaron 31 litros, 18 de ellos a primera hora de la mañana.

El agua afectó especialmente al tráfico aéreo. En el aeropuerto de El Prat, 39 vuelos fueron cancelados. Una de las dos pistas de aterrizaje y despegue estuvo cerrada entre las 8.15 y las 11.39 horas, lo cual comportó que, además de las cancelaciones, se produjeran retrasos de una media de 45 minutos. Fuentes del aeropuerto barcelonés informaron de que poco después de las 19.00 la situación empezó a normalizarse. Las mismas fuentes agregaron que la mayoría de los pasajeros afectados por las cancelaciones de los vuelos fueron redistribuidos en otros aviones.

Dos vías de acceso a Barcelona sufrieron en especial el efecto de las lluvias. La carretera C-31 -la conocida como autovía de Castelldefels- quedó cortada entre las 9.41 y las 10.35 en el kilómetro 179 (a la altura de esta localidad). A causa de un desprendimiento, la C-246 también quedó cerrada a primera hora de la mañana en ambos sentidos en el kilómetro 43, a su paso por Vilanova i la Geltrú. Pasadas las 10.00 se abrió uno de los dos carriles, y hasta el mediodía no se liberó el segundo.

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El piso mojado ocasionó por la mañana una colisión en Botarell (Baix Camp). Un hombre resultó herido grave en un accidente en el que se vieron implicados un todoterreno Ford Ranger y un Land Rover. El conductor del segundo, Anacleto R. F., de 67 años y vecino de Riudecols, sufrió heridas graves y fue trasladado al hospital de Sant Joan de Reus.

Los bomberos tuvieron que realizar más de 60 salidas en Barcelona, casi todas por inundaciones de bajos, locales y calles o por goteras en los tejados. A partir de las 12.30 horas tuvieron que reparar los desperfectos causados por el temporal retirando los árboles caídos o reponiendo el mobiliario urbano arrastrado por la tormenta, según informaron los bomberos de la ciudad.

El incidente más grave en la capital fue el desprendimiento de tierras en la calle de Sant Adrià, donde se realizan unas obras de construcción de la línea 9 del metro. La Guardia Urbana indicó que el socavón medía cuatro metros de longitud por dos de profundidad.

El Ayuntamiento de Barcelona decidió a media tarde de ayer retirar la lona que cubre desde el mes de julio la fachada neogótica de la catedral de la ciudad, ya que la resistencia de la tela al fuerte viento hacía temer daños en el edificio.La lona, de 1.300 metros cuadrados y 600 kilogramos de peso, está formada por cuatro piezas que cubren la parte central del edificio y otras piezas más pequeñas que se adaptan a la geometría del andamio. La lona permanecerá todo el fin de semana en los talleres para su secado y el lunes se repararán los pequeños desperfectos. El consistorio explicó que se instalará de nuevo en cuanto mejore el tiempo.

La lluvia, que llenó hasta en un 25% los depósitos pluviales de la ciudad, averió una quincena de semáforos, aunque apenas afectaron al tráfico.

Tormentas en el Pirineo

El Servicio Meteorológico de Cataluña decidió mantener la alerta hasta las 8.00 de hoy en espera de la evolución de dos tormentas provenientes del sur que podrían dejar fuertes lluvias en las comarcas del Ebro y en las de Baix Camp, Priorat, Segrià y Les Garrigues.

Las mismas fuentes informaron de que por la tarde las tormentas se desplazarán a la mitad norte, hacia el Pirineo y el Prepirineo.

Los bomberos achicaron con bombas el agua acumulada en una carretera de Vilanova i la Geltrú.JAUME SELLART / EFE

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