LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

Interior contrata aviones privados para repatriar a los inmigrantes que llegan a Granada y Málaga

Los africanos que han arribado en pateras a Andalucía oriental superan ya a los de todo 2003

La instalación del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) en las costas de Cádiz y Huelva ha provocado un desplazamiento masivo de pateras hacia las playas de Málaga, Granada y Almería. Sólo en lo que va de año, han arribado a estas tres provincias 4.047 inmigrantes, cifra que ya supera ampliamente a los que llegaron en todo el año pasado (3.607). La avalancha ha obligado al Ministerio del Interior a contratar vuelos privados para repatriarlos a Marruecos. Los aviones despegan desde Málaga y Granada y aterrizan en Melilla, donde los sin papeles son trasladados a la frontera.
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La instalación del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) en las costas de Cádiz y Huelva ha provocado un desplazamiento masivo de pateras hacia las playas de Málaga, Granada y Almería. Sólo en lo que va de año, han arribado a estas tres provincias 4.047 inmigrantes, cifra que ya supera ampliamente a los que llegaron en todo el año pasado (3.607). La avalancha ha obligado al Ministerio del Interior a contratar vuelos privados para repatriarlos a Marruecos. Los aviones despegan desde Málaga y Granada y aterrizan en Melilla, donde los sin papeles son trasladados a la frontera.

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El aumento de las llegadas de inmigrantes a Andalucía oriental ha coincidido con un brusco descenso de los que arribaron a Cádiz, las provincia más cercana a las costas marroquíes: de las 88 pateras interceptadas en los ocho primeros meses del año pasado se ha pasado a 36. Las mafias dedicadas al tráfico de personas tratan así de evadir los potentes radares y cámaras térmicas instalados en la zona.

Pero ese desplazamiento ha creado serios problemas en Málaga, Granada y Almería, provincias que no están preparadas para acoger a una cifra tan abultada de inmigrantes.

Hasta el año pasado, los marroquíes interceptados por la Guardia Civil eran conducidos al centro de retención de inmigrantes del puerto de Motril. Desde allí eran llevados, en grupos de 20, en autobús hasta Algeciras y embarcados en los ferrys que enlazan esta ciudad gaditana con Ceuta, en cuya frontera eran entregados a las autoridades de Marruecos.

"Se trataba de un sistema muy engorroso, en el que los agentes derrochaban muchísimo tiempo", explica en jefe superior de Policía de Andalucía Oriental, Luis de Haro-Rossi.

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Efectivamente, aquel método de traslado ha quedado obsoleto. En todo 2003 la Guardia Civil de Motril interceptó 133 lanchas con 1.891 inmigrantes a bordo. Pero desde enero hasta septiembre de este año han sido ya interceptadas 80 embarcaciones con 1.815 inmigrantes. El subdelegado del Gobierno en Granada, Antonio Cruz, subraya la evidencia: "Todo indica que en 2004 vamos a superar la cifra del año pasado".

Este incremento exponencial empujó a Interior a buscar un método más eficaz de devolución el pasado febrero, cuando todavía gobernaba el PP. El ministerio firmó entonces un acuerdo con la compañía aérea española Swiftair, que ya trasladaba inmigrantes desde Canarias a la Península y a Melilla desde febrero de 2003, para que se ocupara también de los que llegaban a Motril.

Desde entonces, los irregulares que son detenidos cuando arriban a la costa permanecen en España menos de un día. "En cuanto llega una patera llamamos por teléfono a la compañía para que nos envíe el avión", explica Haro-Rossi. Después de que los atienda la Cruz Roja, que les examina por si padecieran alguna enfermedad grave y les procura ropa seca, son conducidos al centro de retención del puerto, donde esperan la llegada de un autobús con varias celdas del Cuerpo Nacional de Policía. Ese vehículo los lleva directamente hasta la pista de despegue del aeropuerto de Granada.

La policía también requiere los servicios de Swiftair cuando las pateras llegan a Málaga, donde, desde principios de año, han sido detenidos y devueltos 320 inmigrantes. Pero, a diferencia de lo que ocurre en Granada, el avión no es el método exclusivo de repatriación en Málaga. El barco hasta Melilla o el autobús hasta el puerto de Algeciras continúan siendo utilizados, ya que el flujo de extranjeros hacia la Costa del Sol es mucho menor.

Durante el vuelo los inmigrantes permanecen esposados por parejas y vigilados por policías uniformados y armados, pertenecientes a la Unidad de Intervención Policial (antidisturbios). La proporción, según Haro-Rossi, es de tres extranjeros por cada policía. "En los aviones más grandes, de unas 48 plazas, suelen viajar 12 agentes. En los pequeños, de unas 30, van ocho", explica el responsable policial. En los periodos de mayor afluencia, los turbohélices de Swiftair han llegado a hacer hasta tres trayectos al día desde Granada, según fuentes de la Brigada de Extranjería.

En Almería, donde los inmigrantes interceptados hasta ayer ya han superado a los que llegaron el año anterior (1.912 frente a los 1.791 de 2003), el problema no es el traslado, ya que varios ferrys unen diariamente la capital con Melilla y Nador (Marruecos), y en ellos son repatriados los inmigrantes.

La principal dificultad es su alojamiento mientras esperan el barco. El portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Almería, Ginés Rueda, denunció ayer que los marroquíes permanecen encerrados en "los calabozos comunes", diseñados para recluir a dos o tres personas. En cada uno de estos habitáculos a veces llegan a ser introducidos hasta 40 inmigrantes, "hacinados como en latas de sardinas" y "sin duchas ni servicios suficientes", informa Carmen López.

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