Cartas al director

Mestizos somos todos

Las recientes declaraciones del ex presidente de la Generalitat de Catalunya Jordi Pujol sobre la conveniencia de mantener lo más pura posible la esencia de la catalanidad, advirtiendo de los riesgos de mestizaje, son, cuanto menos, inoportunas y xenófobas. Ignorar que Cataluña es, como todos las naciones y colectivos, dinámica y evolutiva pretendiendo detenerla en un instante determinado como el ideal incambiable es no sólo imposible, sino decididamente provinciano y reaccionario.

¿A qué Cataluña, pura y dura, se refieren esas declaraciones? ¿Con qué foto fija deberíamos quedarnos para...

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Las recientes declaraciones del ex presidente de la Generalitat de Catalunya Jordi Pujol sobre la conveniencia de mantener lo más pura posible la esencia de la catalanidad, advirtiendo de los riesgos de mestizaje, son, cuanto menos, inoportunas y xenófobas. Ignorar que Cataluña es, como todos las naciones y colectivos, dinámica y evolutiva pretendiendo detenerla en un instante determinado como el ideal incambiable es no sólo imposible, sino decididamente provinciano y reaccionario.

¿A qué Cataluña, pura y dura, se refieren esas declaraciones? ¿Con qué foto fija deberíamos quedarnos para situar nuestra precisa condición y naturaleza? ¿Acaso la Cataluña medieval? ¿Acaso la del XIX, la de los años del desarrollismo o, quizá, la de Macià? Ese mestizaje al que se refiere Pujol es, y ha sido, la constante vital, enérgica y poderosa, rica y pujante, que ha conformado nuestra vigorosa comunidad.

Cataluña ha sabido recibir e integrar las diferentes oleadas de personas que, a lo largo de siglos, han venido a buscar en nuestras tierras y en nuestras fábricas su supervivencia. Han sido ellas, y los que las han recibido, las personas que han formado la Cataluña de la que todos nos sentimos orgullosos. ¿Debemos acaso pararnos aquí y ahora?

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Lamentablemente, las posiciones del señor Pujol han sido apoyadas por el señor Carod y otros dirigentes de Esquerra Republicana, lo que aún resulta más triste y decepcionante por la doble contradicción en que, a mi parecer, incurre el señor Carod.

Por una parte, este partido cogobierna Cataluña y, en consecuencia, debe colaborar en la educación de sus administrados explicando la necesidad, naturalidad y ventajas de la recepción e integración de los foráneos tratando de minimizar cualquier atisbo de crispación social. Por otra el señor Carod debería entender que él mismo, como la mayoría de nosotros, somos descendientes de inmigrantes y, por lo tanto y desde esa perspectiva, mestizos.- Santiago García Antón. Barcelona.

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