Aumento de competencias
La ciudad francesa de Estrasburgo será el escenario el 20 de julio de la primera sesión solemne del nuevo Parlamento Europeo de 732 escaños. Si el Consejo Europeo de esta semana acuerda el nombre del nuevo presidente de la Comisión Europea, confirmarle en su cargo será, dos días más tarde, una de sus primeras tareas. Su decisión será vinculante y dotará de legitimidad al candidato elegido por los líderes europeos. También será vinculante en octubre su votación sobre los 24 miembros de la nueva Comisión. Son muchos los asuntos importantes sobre los que tendrá que votar la nueva Eurocámara en la...
La ciudad francesa de Estrasburgo será el escenario el 20 de julio de la primera sesión solemne del nuevo Parlamento Europeo de 732 escaños. Si el Consejo Europeo de esta semana acuerda el nombre del nuevo presidente de la Comisión Europea, confirmarle en su cargo será, dos días más tarde, una de sus primeras tareas. Su decisión será vinculante y dotará de legitimidad al candidato elegido por los líderes europeos. También será vinculante en octubre su votación sobre los 24 miembros de la nueva Comisión. Son muchos los asuntos importantes sobre los que tendrá que votar la nueva Eurocámara en la próxima legislatura de cinco años.
Los eurodiputados tendrán, por ejemplo, que dar el visto bueno a la próxima ampliación de la UE, prevista para 2007 con la incorporación de Bulgaria y Rumania. Quizá tengan que decidir también (su voto es vinculante) sobre la entrada de Croacia y el inicio de las negociaciones con Turquía.
La Eurocámara tendrá que ejercer el mayor poder que le confieren los tratados: aprobar los presupuestos anuales y, sobre todo, el marco financiero plurianual 2007-2013, que va a incorporar importantes cambios filosóficos para reducir el apoyo a la agricultura y aumentar el gasto en los instrumentos que permitan mejorar la competitividad económica europea, como la investigación y las grandes infraestructuras de comunicación.
El asunto más importante sobre el que tendrá que ocuparse y que ha quedado pendiente de esta legislatura es la directiva que quiere obligar a revisar 30.000 sustancias químicas en la UE. Es la llamada directiva REACH, una especie de gran reestructuración de uno de los sectores industriales más importantes de Europa, que podría costar al empresariado, según la Comisión, un máximo de 5.200 millones de euros.
De aprobarse la Constitución, los europarlamentarios tendrán que tomar parte en un mayor número de decisiones. Las más significativas serán las relativas a las normas comunes de justicia e interior.