Una gestión polémica, denunciada por la oposición

Gustavo Pérez Puig, amigo personal de José María Álvarez del Manzano, fue director del Teatro Español, de titularidad municipal, durante 14 años. En ese tiempo recibió continuas críticas por parte del PSOE e IU, que lo acusaron, por una parte, de irregularidades económicas en la gestión, y por otra, de cerrarse a la vanguardia y programar únicamente obras de corte tradicional. El equipo de Alberto Ruiz-Gallardón, que tomó posesión de la alcaldía en junio de 2003, mantuvo a Pérez Puig en el cargo hasta la finalización de su contrato, el pasado febrero, y entonces lo sustituyó por Mario Gas.
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Gustavo Pérez Puig, amigo personal de José María Álvarez del Manzano, fue director del Teatro Español, de titularidad municipal, durante 14 años. En ese tiempo recibió continuas críticas por parte del PSOE e IU, que lo acusaron, por una parte, de irregularidades económicas en la gestión, y por otra, de cerrarse a la vanguardia y programar únicamente obras de corte tradicional. El equipo de Alberto Ruiz-Gallardón, que tomó posesión de la alcaldía en junio de 2003, mantuvo a Pérez Puig en el cargo hasta la finalización de su contrato, el pasado febrero, y entonces lo sustituyó por Mario Gas.

La lista de polémicas y escándalos es larga. El PSOE, por ejemplo, estuvo años preguntando a Álvarez del Manzano cómo era posible que un funcionario municipal, en este caso Pérez Puig, cobrase 72.000 euros al año, y su esposa y directora adjunta del Español, 60.000 euros. Los socialistas denunciaron también que Pérez Puig percibió otros 12.000 euros por dirigir Cyrano de Bergerac, aunque en los carteles figuraba como supervisor general. Mara Recatero, incluso, se permitió en 1999 denunciar al Ayuntamiento para reclamar una deuda por varios montajes. La esposa de Pérez Puig pretendía añadir a su sueldo un plus por dirigir obras en el mismo centro.

Además, PSOE e IU han protestado en varias ocasiones por despidos de trabajadores del centro escénico municipal, por considerarlos "improcedentes". Otra de las disputas con el Español la protagonizó en 1997 Raúl Sénder. Este actor abandonó La venganza de don Mendo porque consideró que Pérez Puig pretendía sacar un rendimiento extra de la obra sin que el Consistorio lo supiera. Álvarez del Manzano hizo oídos sordos a las quejas y mantuvo al director.

Como colofón a su carrera, Pérez Puig recibió el Premio Nacional de Teatro 2003 por su labor realizada a lo largo de 2002, lo que supuso para su bolsillo unos ingresos de 30.000 euros.

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